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ELOGIO DE LA SOCIOCRACIA Y LA FACILITACIÓN

El pasado fue aprendizaje de lo que ya no queremos, posibilidad de vislumbrar cada vez más cercano amanecer. Terceros ya no debían seguir gobernando nuestras propias vidas. El tiempo de su dirigismo caducaba ya en el ámbito político, económico, espiritual…

Urgía hacernos con nuestro propio futuro, recuperar el gobierno sobre nuestro presente y mañana. Estábamos saturados de la jerarquía férrea y lejana, de la verticalidad inapelable, de la autoridad firme, tantas veces machista, interesada, incomprensible. Fueron muchas vidas en condición de esclavos, vasallos, proletarios…, sin terminar de asir las riendas de nuestro propio e intransferible destino. Karl Marx sugirió levantarnos, pero no alcanzó a vislumbrar ni cómo, ni hacia dónde. También desconocía nuestra condición de almas, nuestra esencia trascendente. Una nueva era urgía de unas nuevas estructuras cada vez más participativas. Felizmente ya están ya brotando, lo que es mejor se están ya implementando de una forma eficaz en los más diversos ámbitos de la vida humana.

El creciente colaborar y compartir al que hoy felizmente asistimos, era de Dios o lo que es lo mismo, de la Vida siempre evolucionante. El nombre en realidad es lo de menos, toda aquella forma de organizarse participativa, ordenada, amable, ilusionada, todo el pujar creativo, ilusionante que poco a poco vaya prescindiendo de las estructuras de “ordeno y mando” forman parte del superior destino humano.

Reunirnos en un círculo comprensivo, respetuoso, del que emanan importantes decisiones para el colectivo, implica ya una enorme carga de progreso. El Plan Divino era algo infinitamente más amplio que aquello que se dirime en los círculos propiamente “espirituales”. Todo aquello que dota de un creciente y amable poder a la colectividad forma parte de ese Plan, que a todas luces nos desborda, pero al que incondicionalmente queremos servir.

De repente desembarcaron en nuestros espacios y proyectos la Sociocracia y las técnicas de facilitación de grupo; de repente la minoría también nos enriquecía, la decisión última no implicaba batalla, sino consenso (por más que se retrasara), como el más logrado triunfo compartido. De repente podíamos también ser generosos y “consentir” y así ahorrarnos el caduco y cansino pelear. Lo que antes era puro “masoquismo asambleario” podía devenir florecer colectivo. De aquel alboroto, de aquel continuo pisarse la palabra podía brotar el respeto sagrado por el otro.

Nos estamos dando aquel imprescindible “hervor”. No en vano nos hemos preocupado de que el “ego” siempre tumultuoso e irreflexivo fuera cediendo. No en vano habíamos operado en nuestro interior la mutación de “seres combatientes”, a “seres sintientes”. De repente, podíamos escucharnos con atención, unirnos sólidamente tras un propósito común. De repente, un espíritu olvidado de conciencia fraterna comenzaba a medrar en nuestro interior y la vida grupal podía ser una hermosa aventura, no un serial de confrontación permanente.

Entonces observamos que las enseñanzas de las Grandes Almas con respecto a la vida fraterna y grupal, se ven complementadas por las propuestas y técnicas más desarrolladas por las mentes más comprometidas a nivel práctico en el empoderamiento grupal. Estamos por lo tanto persuadidos de que tanto la “Sociocracia” como las modernas técnicas de facilitación, formaban parte de una Trama de progreso humano, cuyas implicaciones en los más diferentes ámbitos desconocemos. Las técnicas van llegando conforme la conciencia se va desarrollando o lo que es lo mismo el Cielo va revelando a las mentes más abiertas y preparadas al respecto, la información que necesitamos para poder dar los siguientes pasos de desarrollo colectivo.

La estructura piramidal ya no nos servía y era preciso crear nuevas estructuras horizontales que consagraran la comunión, el empoderamiento del círculo. La “Sociocracia” y la Facilitación brotan de los movimientos alternativos y sin embargo, más allá incluso de esa órbita, será imprescindible tomar cumplida nota. Como en tantos otros aspectos iban por delante.

El principio del orden forma parte de la Trama Superior. El Plan era conciencia de creciente empoderamiento colectivo, ese empoderamiento se debía expresar de una forma ordenada y vibrar más alto. Hasta ahora ha sido el caos asambleario y sin embargo del hastío de ese caos comienza a emanar el orden, incluso a veces ceremonia. Ha sido necesario hartarnos de la asamblea para dar vida a algo más orgánico, amoroso, eficaz y participativo. El nivel de conciencia ya alcanzado por la delantera humana permite este siguiente paso.

De repente podíamos encender una vela, poner una flor en medio, hacer preliminar silencio y escucharnos con supremo respeto y consideración. De repente podíamos inaugurar juntos y juntas una nueva era de compartir y colaborar sobre esta Tierra bendita. Seguimos unidos en esta apasionante aventura humana…

* Gráfico de la Comunidad Arterra en Navarra

Artaza 16 de Junio de 2023

 
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