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Ricardo Ocampo in memoriam

Era mucho antes del "me gusta " y me deja de gustar, de que las redes sociales transformaran nuestras vidas. Era cuando a golpe de mail estábamos convencidos que podíamos sentar las bases de un mundo más unido y fraterno; cuando pretendíamos crear una ancha red de luz a base de intensa comunicación trasatlántica. Nuestras visiones fraternas se cruzaban en medio del océano.

En junio del 2000 en el asrham de la GFU de las Raíces, cerca de Monterrey, creamos, junto con él y los hermanos de Oromu, la Red Iberoamericana de luz. En ese viaje a México me albergó gentilmente en su casa del DF. Después vinieron los encuentros en Costra Rica, Venezuela, Colombia, Madrid..., también el tiempo de las disputas. En medio de la fragua de la malla de luz, al borde del horno a rojo vivo, también nos echamos nuestras risas. Humor del bueno el que gastaba el amigo, sobrio, pero profundo, acertado. Ricardo ha tenido que partir para reparar en lo mucho que nos peleamos. Sirva su vuelo para descargar en el futuro este teclado de toda carga de eventual dinamita. No ocultaré aquella gresca que se prolongó durante años. Rindo a él ahora el agradecimiento y el honor que no lo hice en vida física.

Apenas tiempo para glosar tu obra, Ricardo visionario, arquitecto de redes, ingeniero de galácticas comunicaciones. Dentro de una escasa hora iniciamos intensa convivencia. Sólo puedo ofrecerte mis pasos como oración. En medio del hayedo ya desnudo, estarás tú Ricardo hermano, por las veces que rivalizamos, para compensar la artillería que nos lanzamos en ese epistolario de tantos años. A fuerza de tantos pelearnos yo creo que acabamos queriéndonos. Aquí mi más sentido deseo de alto vuelo. Tómate un descanso antes de ponerte de nuevo al teclado a ordenar las redes en la nueva morada de gloria sobradamente conquistada.

 
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