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Cumplir años

Cumplir años es soplar velas sobre la espesa nata, atender llamadas llenas de amabilidad y buenos deseos, pero sobre todo agradecer todos estos años sobre esta tierra bendita, bendecir la oportunidad de estar aquí ahora juntos sobre el planeta en estos momentos decisivos, con todas las posibilidades de evolución que se nos brindan…Cumplir años es descorchar el “reserva” escondido, es tirar del lazo rosa, pero sobre todo celebrar los pasos dados. Es reparar también en los que no dimos o los baches en los que caímos. Cumplir años es recapitular, observar en qué acertamos y en qué erramos; mirar para atrás, no para ceder a la nostalgia, sino para extraer la enseñanza. Sin recapitular no es posible ser mejores personas. Recapitular es observar dónde pudimos haber puesto más amor, comprensión, paciencia solidaridad… que la que dispensamos; es explorar las veces que nos quedamos cortos, que nos entregamos con calculada medida, que nos reservamos el mejor trozo, que pensamos en exceso en nosotros mismos…

Recapitular para observar si dimos la nota que Arriba querían que sonáramos, para hacerlo mejor, para poder servir más y más noblemente. Recapitular es reflexionar si el mundo es mejor con nuestra presencia en la tierra, si con nosotros este planeta es un lugar más agradable, más luminoso, más fraterno; si después de haber caminado nuestra geografía todos estos años hay más comunión y primavera, o por el contrario hemos contribuido a afianzar el invierno, la distancia y la incomprensión. ¿Es la tierra con nosotros un planeta más habitable…? En algún momento de nuestra vida nos habremos de sentar ante la pregunta ineludible.

La muerte que no existe es descanso, recapitulación y proyección de la siguiente vida. Sin embargo no necesitamos morir para recapitular. Basta una playa vacía, un sendero perfumado. Basta detenerse y renacer una vez al año, tras haber realizado inventario de aciertos y de errores. Recapitulamos porque aquí y ahora lo podemos hacer quizás mejor de como lo hemos hecho hasta el presente.

Recapitular porque aún estamos a tiempo, porque una vez dejemos el cuerpo, no podremos enmendar los errores, sólo saldarlos. Pediremos volver, solicitaremos estar de nuevo aquí en cuerpo en la tierra, pero habrá que coger papelito y esperar la vez, habrá que aguardar un amoroso vientre. Es ahora cuando estamos hollando, con pies más o menos desnudos, más o menos conscientes, este planeta bendito; es ahora cuando estamos más juntos que nunca y nos estamos ayudando. Estamos juntos ante realidades impensables que se nos abren. Compartimos la luz que nos es dado vislumbrar, no nos guardamos nada.

Ya hay hermanos que ya han comenzado a partir, que ahora sin duda están viendo la imborrable película, el imprescindible film de sus propios días. Les aguarda seguramente la más pura gloria, pero es ahora también cuando querrán amar más de lo que han amado. Desearán dar la caricia, pero no tendrán manos; el perfume y no tendrán soplo; la limosna y ninguna moneda tintineará en sus bolsillos…
Si no recapitulamos, jamás nos enmendaremos. Esto son nuestras vidas: día y noche, amor y desamor, luz y sombra… Cumplir años es pedir para que el error merme y la virtud se ensanche. La virtud pueda crecer y hacerse con nuestro gobierno. Hay que sembrar, siempre sembrar…, el último soplido nos coja con los granos al viento.

Arteixo 8 de Junio de 2016

 
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