La decisión se toma sabiamente en función de una inmensidad de factores que nos desbordan, pero todo apunta a que una de las causas fundamentales es el tiempo que necesitamos para poder cumplir la misión y atender a los retos que ha establecido nuestra alma. Es por lo tanto la programación del alma la que condicionarÃa, en importante medida, la duración de nuestra encarnación en la materia. Evidentemente el sufrimiento que puede acompañar a la última fase en nuestra urna corporal, tampoco es gratuito, puesto que igualmente hemos decidido en compañÃa de esos seres celestiales, mucho más evolucionados que nosotros, la cantidad de karma pretérito que deseamos saldar. No habrÃa casualidad alguna por lo tanto en esas situaciones de dolor tan desafiante que pueden acompañar la recta final de nuestra existencia en la carne. Sin embargo, todo queremos que sea rápido, expeditivo, sin reparar en la oportunidad que se nos brinda en el lecho de recogernos, de interiorizar la situación, de ofrecerla para contribuir a saldar igualmente el karma colectivo... La Vida en nuestra propia compañÃa ya ha previsto los tiempos, los lapsos. No conviene contradecirlos. Asà pues, en este tema tampoco serÃa preciso la pancarta. En tantos aspectos de la vida nos sobran las pancartas. El Sendero espiritual empieza a menudo cuando arriamos por fin las pancartas, cuando empezamos a tomar las riendas de nuestro destino y dejamos de responsabilizar a otros de lo que nos acontece. * Imagen de hoy en "El PaÃs" con motivo de cumplirse tres años de la aplicación de la Ley de la Eutanasia. Artaza 26 de Junio de 2024 www.koldoaldai.org |
|
|
|