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"NO ME LLAME TERNERA"

Deseamos explorar humanidad en todas sus condiciones, por supuesto también en la errada, saber más de la inferior naturaleza que todos, en alguna medida, encarnamos. Quisiéramos ver en los ojos cansados y ya casi ancianos el atisbo de la renuncia y la capitulación. No abrigo duda de que en la polémica entrevista, Évole acorrala y pregunta a Josu Urrutikoetxea si se arrepiente de las barbaridades que cometió u ordenó.

No, no le llamaremos Ternera, pero quisiéramos saber de la curva y eventual caída, cuándo se le precipitó todo encima, cuándo empezó a tomar pastillas para el sueño, cuándo los muertos le salieron al paso y, ojalá, se inclinó en favor del latido, ya no más en su sofoco…

Necesitamos el testimonio de quienes fueron tomados por la brutalidad, constatar la oscuridad sorprendida y permeada por alguna luz. Deseamos observar la naturaleza del mal, su caducidad, su escaso recorrido, su mermada batería. Deseamos explorar cómo, dónde, cuándo se dejará derrumbar o lo que es lo mismo por fin abrazar; cuándo la fuerza de la vida, de la esperanza, de la solidaridad, del perdón... empieza a cobrar brío, a tomar relevo.

La víctima de la crueldad de ETA se pueda sumar a esta exploración necesaria. La censura que no valió ayer, menos aún vale hoy. Quien no quiera que no la vea, pero que no se lleve por favor la llave de la sala, que no ejerza de censor. No conviene que la censura sea de alguna forma también auspiciada por un rencor que puede manifestarse incombustible.

Artaza 14 de Septiembre de 2023

 
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