Erraron las dos partes. Todos somos “fugitivos†de ese Octubre desafortunado de 2017. Unos levantando la porra, sentando a quien no debÃan en el banquillo, los otros forzando las costuras del Estado, exhibiendo impaciencia. Nuestra hora delicada lo que menos necesita es revanchismo, lo que más, altura de miras y generosidad. Cuando vuelan crueles misiles sobre la población indefensa ucraniana, podamos ser referente de resolución pacÃfica de conflictos. Este presente de bochornos no necesita batalla, esta España esperanzada no necesita ahondar en su pasado dolorido. No ganamos nada, persiguiendo a Puigdemont, retornando a ese momento triste y reciente de nuestra historia y del que todas las partes tienen pendiente su serio examen de conciencia. |