La Ley del Amor y de la Solidaridad Universal permite el uso de la violencia, sólo en los casos de autodefensa, nunca en los de ataque gratuito. Ley superior en mano no procede censurar el derecho de la nación ucraniana a defenderse ante el brutal ataque de la Rusia de Putin, ni el de las democracias europeas de ayudar a la nación agredida en esa defensa de su integridad territorial, de la vida de sus súbditos, de su democracia y su forma de mirar al mañana. Otra cuestión es que la conciencia que en el futuro alcance la ciudadanÃa posibilite el accionar de una respuesta "no-violenta" ante una eventual agresión. Todo irá llegando a su momento. Estamos hablando de la “satyagraha†que nos propone Ghandi. “El mequetrefe en pañales†que denominara Winston Churchil ya nos estaba señalando nuestro siguiente reto evolutivo, apuntando nuestro posterior desafÃo de conciencia que indudablemente implica un progreso en el nivel de ser. Hacia esa respuesta más elevada habrÃamos de ir, con todo lo que ello pueda implicar, en coyunturas como la ucraniana, de riesgo e incluso sacrificio de nuestro vehÃculo corporal. Podemos proponer a "los Verdes", podemos sugerir a Europa responder a la criminal invasión de Putin con la no-violencia, pero no deberÃamos poner a los Verdes, ni a la Unión Europea en la diana. Desde el ámbito de la nueva era se está haciendo. Por la razón apuntada, los lÃderes de nueva conciencia no arremetan contra los ecologistas en el poder de la nación más poderosa de Europa. No carguemos contra quienes como nosotros, en otro costado, con no menos esfuerzo y pasión, desbrozan camino, inauguran aurora. No disparemos a quienes nos anteceden, a quienes encarnan lo que más pronto que tarde quisiéramos para España y las naciones del mundo. Los Verdes europeos conjugan nuestros ideales de solidaridad humana y amor a la Tierra, nuestra Madre y los llevan al difÃcil terreno de la gestión y la polÃtica reales. Muchos esfuerzos, mucho sacrificio de varias generaciones para que estén donde están, debiera ser honrado. Alemania no se rearma por gusto belicista, no fortalece su ejército por placer hasta el presente frustrado, sino porque una dictadura rusa se ha manifestado tremendamente agresiva a las puertas de su casa. Podemos disentir con el aumento del presupuesto de Defensa alemán ante la amenaza brutal que encarna el expansionismo de Putin, pero no atacarles. No hay enemigo alguno, ni siquiera la ignorancia revestida del inmenso poder de un terrible ejército. No hay adversario alguno, pero menos “Die Grünenâ€, quienes figuran a la vanguardia de nuestros anhelos en el terreno social y polÃtico. Podemos ir más allá; podemos y quién sabe si algún dÃa deberemos sentarnos delante de los tanques de la ignominia, podemos inmolarnos al paso de la fuerza salvaje, pero por favor no critiquemos a quienes se parapetaron y ahora disparan lo que pueden y cómo pueden. No reprochemos a quienes reaccionan como el común de los mortales, asiendo fusil y defiendo su familia, su hogar, el derecho como nación a elegir su futuro. No critiquemos a quienes, movidos por un instinto de seguridad, a la vista del atropello, invirtieron más en armas, enviaron también algunas a quienes se encontraban en el fragor de la justa y legÃtima batalla. |
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