Según señalan diferentes líneas del pensamiento esotérico, el planeta es un ser vivo, quien "respira el prana cósmico" o energía sutil a través de las mencionadas cordilleras. En 1950, sería la última vez que el planeta tomó el "prana" desde el Tíbet, para cambiar seguidamente a la cordillera andina. La ceremonia espiritual del Kumbhamela, un ritual multitudinario de carácter ecuménico que tiene lugar cada doce años en un escenario montañoso de gran altura, ha dado prueba de este relevo. Su última edición en Tíbet tuvo lugar el 21 de marzo de 1950. Desde entonces el escenario principal de esta ceremonia son las elevadas cumbres del continente americano. Regina
La historia de Regina recogida por el escritor Antonio Velasco Piña en un libro que lleva el nombre de esta líder social y espiritual, es básico para entender lo que está sucediendo actualmente en México. Según apunta el también escritor Marc Augé "El mito de esta heroína se suma al elenco de figuras femeninas ambivalentes que desde Nuestra Señora de Guadalupe a la venezolana María Lionza pueblan los sueños de los oprimidos de Latinoamerica". Regina representaría ese genuino anhelo del despertar, catalizaría las esperanzas de un nuevo paradigma con predominio de los valores femeninos. El 21 de marzo de 1948 nació en Los Reyes (México) esta emblemática mujer, justamente cuando entraba la era de acuario. Una chamana del lugar, dijo que debería llamarse Regina, que significa Reina. Al año siguiente sus padres la llevaron al Tíbet, donde la recibieron como una "Dakini", emanación de una diosa tibetana. Ella supo enseguida reconocer objetos de sus vidas anteriores. El gran lama Tagdra Rimpoche llegó de su retiro para cumplir con lo que consideraban el último cometido espiritual del pueblo tibetano: entrenar a Regina para que cumpliera su misión redentora. Prepararon a la niña mexicana conscientes de que ella sería más tarde la elegida para llevar a México hacia un despertar espiritual que incidiría decisivamente en el nacimiento de una nueva etapa cósmica: la era de Acuario. El lama Rimpoche explicó a la niña Regina que "la luna" mantenía dormidos a los hombres y que había una gran "máquina" que hacía que se anulara ese efecto. Una de sus labores sería activar ese mecanismo cuando ella tuviera 20 años. Una vez desembarca en tierras aztecas, se emplea a fondo en una tarea de la que es plenamente consciente desde su adolescencia. No tarda en descubrir que la "máquina" despertadora era la pirámide de la Luna en Teotihuacan. Cuando remontó la gran escalinata del templo en el día señalado, sintió desfallecer por la intensa energía que emanaba del lugar y entonces tomó conciencia de que muchos guerreros del pasado la acompañaban en espíritu y la ayudaban a continuar hasta la cima de la pirámide. Arriba estaban los emisarios de las cuatro tradiciones mexicanas esenciales que tocaban instrumentos sagrados en espera de su maestro de ceremonias. Se sorprendieron al ver que se trataba de una mujer. Viajes, conferencias y ceremoniales en los templos y pirámides se suceden hasta el 2 de Octubre de 1968. En la víspera de la inauguración de los "Juegos Olímpicos", la Plaza de Tlatelolco fue el escenario de la brutal represión del movimiento estudiantil que concluyó en una masacre. En aquel lugar de hondas reminiscencias mágicas y simbólicas, sobre un antiguo altar prehispano, Regina fue abatida a tiros junto a los cuatro representantes de las tradiciones Olmeca, Zapoteca, Maya y Nahuatl y el resto de personas que la acompañaban. "La Reina de México" culminaba, con un sacrificio ritual conscientemente asumido, su tarea liberadora: "Antes de que hubiese transcurrido un siglo, señala Velasco en su obra épica, el país estaría poblado de seres que sabrían retomar el camino seguido por quienes habían edificado las prodigiosas civilizaciones de las antiguas y olvidadas edades de oro. La luz surgida de la noche de Tlatelolco alumbraría el camino de México a lo largo de milenios". Todavía no han pasado los cien años anunciados y esos seres con vocación de fomentar la profetizada época sagrada pueblan la nación hermana. El fulgor redentor que asomó en esa plaza donde se reúnen las tres culturas: indígena, española y moderna, alumbra ya la senda de un nuevo y fecundo mestizaje. Irradiando desde la libertad Un foco de irradiación energética y espiritual no se podría encender sin un ambiente de libertad ampliamente compartida. Las condiciones están dadas tras las últimas elecciones del pasado 2 de Julio. Muy diferentes grupos espirituales, que podríamos situar bajo el amplio abanico de la nueva conciencia, se unieron internamente para posibilitar los recientes cambios. Operación Planeta Amor, Luz Nueva 2000, Red Anhauak, Oromu, Grupos de Regina… son algunos de los colectivos que estuvieron realizando un intenso trabajo de meditación para promover el cambio político y social, para posibilitar una opción más madura y libre por parte del electorado. A decir por sus protagonistas la labor dio claramente sus resultados. El sueño de Regina se estaría convirtiendo en realidad. El temor al cambio y a la plena libertad fue derrotado. Un alto porcentaje de personas, en torno al 15 por ciento, permanecían indecisas hasta el último instante, debido a un cierto miedo por apoyar a las fuerzas emergentes. Sólo en el último instante se decantaron por la inauguración de una nueva etapa política. Miles de meditantes, conscientes de la trascendencia de los recientes comicios, centraron su esfuerzo interno en generar una fuerza espiritual, un "campo unificado de conciencia" capaz de elevar las aspiraciones de los votantes en el momento de acercarse a las urnas. Ese "egregor", tal como ellos lo denominan, formado a partir de los pensamientos positivos de esos millares de personas conectadas, habría influenciado de forma determinante en cada uno de los electores que se introducían en la cabina y no tenían aún conciencia clara de que papeleta escoger. Así pues el gran cambio político, que en estos momentos está experimentando México, no sería sino la manifestación externa de un gran despertar interno. Son muchos los grupos que íntimamente (oración, concentración, meditación…) se han unido para crear el ambiente exterior que posibilite la plena consolidación de ese centro de irradiación espiritual para el planeta. La voluntad de sellar un largo ciclo políticamente oscuro, el reclamo unánime y masivo de cambio, dan buena cuenta del pleno despertar que vive actualmente México y que se empezó a fraguar en la década de los sesenta. Las conciencias se han unido y la palabra libertad empieza a ser oída sin temor en el gobierno, en las escuelas, en las economías, en las empresas. México, con sus nuevas generaciones más instruidas y estimuladas por un mundo en plena transformación, se abalanza con plena confianza sobre su futuro. Guillermo Sánchez de Luz Nuevo 2000, uno de los grupos que más activamente ha trabajado, mediante meditaciones focales, por el cambio político y social nos comparte su visión esperanzadora: " Llevamos muchos años trabajando por la consecución de una la libertad total e irrestricta en nuestra nación, una libertad emanada de la concepción clara de lo que son los derechos humanos, una libertad inspirada en las necesidades propias del espíritu que busca una manifestación más abierta y franca en las actividades de los hombres, una libertad que impulsa y mueve hacia una riqueza mayor de creación, hacia la búsqueda de nuevas formas de arte y filosofía, hacia la búsqueda de mayores medios para alcanzar la fraternidad y la igualdad social entre todos los seres humanos. El sentimiento de que, tras la llegada de la alternancia política a nuestro país, hemos conquistado también un gran madurez como pueblo es algo ya palpable para la inmensa mayoría de los mexicanos". Flor, danza y canto
Pero retomemos de nuevo el hilo de los acontecimientos. En los años que siguen al sacrificio de Regina, se constata un gran florecimiento de los grupos de mexicanidad a la vez que aumenta ese anhelo de compartir la esencia cultural y religiosa de la nación. El "trasvase de poderes" Tibet-México tiene también lugar a unos niveles puramente físicos. Cuando a finales de los ochenta un grupo de estudiantes de Antropología de la Universidad de México, con el profesor Nicolas Nuñez a la cabeza, llamó a las puertas del monasterio tibetano de Tashi Lhumpo en Dharamsala al norte de la India, nadie hubiera pensado que se las habrían abierto, mucho menos que habrían podido quedarse en el recinto monacal durante meses aprendiendo unas danzas mantenidas en el más absoluto de los secretos. Empapados de la espiritualidad tibetana e instruidos en sus danzas más ancestrales, este grupo creo una danza de carácter mixto, la "Citlalmina" en la que se fusionaba movimientos y estructuras de las danzas tradicionales concheras mexicanas con las tibetanas. La "Citlalmina", cuya traducción al castellano es "Flechadora de estrellas", se formuló como una "batalla para la conquista de un más alto nivel de conciencia". En Julio de 1989, en un viaje que realizó su Santidad el Dalai Lama para inaugurar la Casa de Tíbet en la Ciudad de México, fue reconocida oficialmente por ambas tradiciones. En el verano de 91 la "Citlalmina" desembarcó en España dando comienzo su periplo de expansión por el mundo. El navarro Alex Pérez es en nuestra península el "guardian del fuego" de esta práctica sagrada. Para él Citlalmina es "una meditación en movimiento, una herramienta de entrenamiento mental que simboliza la fusión de tradiciones, el advenimiento de la nueva religión universal basada en el mestizaje espiritual". México es cruce también de muchos otros caminos, crisol de las más ricas tradiciones sagradas mesoamericanas que por fin han tomado la determinación de abrirse y dar a conocer sus contenidos a las "personas de espíritu abierto y corazón respetuoso". "El fuego sagrado" de las tradiciones "maya", "huitzol", "mexhica", "conchera"… ha sido transferido a gentes de otros países y muy especialmente, dada la comunión de idioma y cultura, a los españoles vinculadas a los movimientos de "nueva era". El año 92 fue el punto oficial de partida. Diferentes líderes de la tradición con motivo del famoso "Quinto centenario" decidieron hacer un borrón y cuenta nueva, dar por concluida una fase de resentimiento cuando no de rencor y compartir, tal como estaba profetizado, las joyas de sus rituales y conocimientos. Curiosamente la danza sagrada iba a obrar de nuevo como instrumento de hermanamiento. En Julio del mencionado año una vigorosa anciana, a la sazón jefa de danza conchera, Guadalupe Jiménez de Sanabria, peregrinó con su Mesa o grupo de danza junto a la "tropa" de Emilio Fiel, Miyo, hasta la tumba de nuestro apóstol Santiago. Una vez se hubieron curado las ampollas, fueron a orar y velar a la ermita del Nuestra Señora del Gozo. Allí al arrullo de ancestrales oraciones y desentonados cantos de alabanza mexicanos, la "Nanita", como cariñosamente era llamada esa pequeña, enjuta, pero valiente generala conchera, nombró a Miyo primer "capitán" de la Mesa de Danza del Señor Santiago. La ancestral tradición conchera desembarcaba ya en España y a la mañana siguiente el repicar del "hue-huetl", el gran tambor que resuena con el palpitar de la Madre Tierra, despedía su fuerte eco hacia las viejas piedras de la plaza de la Quintana. A los dos años, la "Nanita" dejaba su ajado cuerpo una vez cumplida la misión, una vez sembrado un trozo de México en la tierra de los otrora conquistadores. Hoy en día hay grupos de danza conchera en doce ciudades españolas y han peregrinado por Francia, Alemania, Países Bajos e Inglaterra dando cuenta por sus geografías de esta tradición de flor, danza y canto. La rápida expansión que han experimentado en España estos grupos de danza sagrada son ejemplo del profetizado mestizaje espiritual. El "maíz de los múltiples colores" que anunciaba la leyenda huitzol sería hoy ya realidad. En este sentido se manifiesta Kepa Arriaga (Navarra), una de las personas que más ha trabajado por el tendido del puente espiritual entre danzantes concheros de uno y otro continente: "La tradición cumple con su papel en el forjar de una nueva conciencia. Con sus hermosos rituales de velación y danza, cruza el océano, proporcionando referencias y raíces, ofertando belleza y devoción al nuevo tiempo que vamos anunciando. La tradición salta de continente, cediendo sus formas para expresar y exhibir nuestro vínculo y gratitud a lo Divino. El pasado quiere también trasmitir sus claves, inyectar su fuerza a la nueva humanidad que vamos alumbrando". El propio Miyo, jefe de la "Mesa" conchera española, nos revela: “Tenemos como misión colaborar en la transformación de las energías y sentimientos religiosos en los lugares poderosos de culto como son nuestros "vientos" o direcciones (Montserrat, Guadalupe, Covadonga, El Rocío, El Pilar y Compostela) y por medio de ellos con España entera, aportando una energía de purificación emocional de grupo, de entrega ceremonial, de conciencia acrecentada y de vitalidad corporal que están ausentes en el cristianismo ortodoxo". Cruce de caminos En ningún lugar se citan pasado y futuro, tradición y progreso espiritual con tanta intensidad, sin apenas confrontación. México cabalga hacia el mañana con sus alforjas cargadas de rica historia, con el privilegio que le asiste haber levantado sobre su suelo excelsas civilizaciones. Esta nación es también cruce de la cultura anglosajona y la latina. Por su situación geográfica es especialmente permeable a todo el constante flujo de información y contenidos que llegan del pujante mundo alternativo y de nueva conciencia del Norte. En EEUU están a la vanguardia en lo que se refiere al empeño de vinculación de ciencia y espiritualidad. Los más importantes guías que están abriendo brecha en este sentido: Drunvalo Melchisedek, Deepak Chopra, Ken Kalb…, tienen en México importantes delegaciones. El despertar de este pueblo ha traído consigo su apertura al mundo. El compartir las claves de su sabiduría ancestral, lejos de diluir un conocimiento sagrado, lo acrecienta y enaltece. En estos momentos las diferentes escuelas y tradiciones tienen abiertos múltiples puentes, líneas de cooperación con grupos de españoles. Por un lado, el legado sagrado maya, reactualizado por Arguelles, goza de una asombrosa expansión en nuestro país. El "Movimiento 13 lunas" cuenta con grupos de estudio en diferentes ciudades españolas. Los talleres de la "Flor de la Vida" que ha creado el guía Drunvalo Melquisedek y en los que se imparten conocimientos acerca de geometría sagrada, meditación merkhaba, cuarta dimensión…, han desembarcado en nuestros país gracias a los facilitadores formados en México. Trabajos de orden más chamánico como los "temazcales" (cabañas de sanación), "hamblechayapi" (búsqueda de la visión), "ceremonias de pipa"…, están siendo desarrollados en España por chamanes que proceden de la nación azteca. Aurelio Díaz, Alfonso Pérez, Edgar Efren, Elizabeth Orea…, son algunos de estos mentores de la tradición que están compartiendo aquí sus valiosos conocimientos. En el repaso de estas líneas de transfusión de conocimientos sagrados se impone mencionar a un Don Juan Mathus, eminente autoridad del linaje yaqui. Su "alumno", el popular Carlos Castaneda, culminó más que sobradamente el "intento" de revelar a Occidente, mediante más de diez libros, tan mágicos entrenamientos y técnicas que guardaba el anciano brujo. No corresponde a este cronista evaluar la eventual inyección de ficción en medio de tan fascinantes relatos. El caso es que hoy, los cursos de "tensigridad" y "pases mágicos" que diseñara el enigmático escritor y antropólogo llenan canchas enteras de polideportivos. Las "brujas" mexicanas, depositarias de estas herramientas que rescató Castaneda, vuelan constantemente a Europa para hacer viva, en un compartir de orden práctico, la letra impresa de su maestro. En esta misma línea de trabajo se sitúa Víctor Sánchez que con la organización del "Arte de Vivir a Propósito", difunde por todo el mundo técnicas toltecas de crecimiento interior. Tlakaélel, representante de la tradición "nahua", autor del libro "Las cuatro Flechas" en el que abunda sobre la intensa tarea que los diferentes grupos indígenas de México y Latinoamérica están haciendo a favor del planeta, ha saltado en repetidas ocasiones a España. El, junto al ya mencionado Alfonso Pérez, han sido dos de los promotores de la "Carrera de Paz y Dignidad" que hace ocho años atravesó América con su clamor de hermanamiento y amor a la Tierra. Este año, una iniciativa similar está recorriendo de nuevo todo el continente, para culminar su itinerario el próximo 25 de Octubre en un gran ceremonial a desarrollar "precisamente" en la pirámide de Teotihuacan. El despertar de México está teniendo también su manifestación externa en forma de importantes eventos. Los grandes centros espirituales tradicionales, administrados como simples lugares de interés arqueológico y vedados hasta no hace mucho a todo lo que no fuera afluencia de turismo, se abren a la celebración de rituales de carácter sagrado. La ceremonia que todos los años se desarrolla el primero de Mayo dentro del conjunto de Uxmal y a la que acuden gentes procedentes de toda América y Europa es buena prueba de esa anhelo de comunión en base al legado ritual de la tradición. En este tipo de prolíficos actos, que se van extendiendo por toda la geografía "arqueológica" mexicana, se representa en todo su esplendor la mencionada fusión entre el legado tradicional y los rituales y técnicas más actuales, la cálida y armoniosa síntesis de pasado y de futuro que México está ofertando al mundo. Esta nación acoge también iniciativas unitarias entre los grupos del amplio espectro de nueva era. Los "Consejos de Visiones y Guardianes de la Tierrra" celebrados a lo largo de los últimos años son ejemplo de ello. Uno de los primeros y más significativos tuvo lugar el año 90 en el centro ceremonial de la nación otomí en Temoaya. Estos originales y multicolores encuentros crean, a lo largo de varios días, un espacio abierto en el que se dan cita el movimiento ecologista y comunitario (ecoaldeas), el indígena y el de "nueva era". Arte, talleres, danza, música, ceremonia y labores compartidas es el plan de estos consejos al aire libre que recientemente están adoptando un carácter más local ("biorregional"). Domingo Díaz Porta ha sido uno de los más importantes dinamizadores de este género de iniciativas. El que durante tiempo fuera un maestro espiritual en el más clásico sentido de la palabra, ya en los años ochenta atendió a los vientos de cambio y comenzó a trabajar denodadamente por la unión de los linajes indígenas y su cooperación con los movimientos acuarianos. México cuna de una nueva humanidad
En pocos lugares como en México se ha manifestado la inquietud de vincular el cultivo de la paz interior con la creación de la paz social, la potencialidad del humano-trascendente para revertir el estado actual de cosas. Según nos comparte Inma Barrena de Guadalajara, facilitadora de los talleres de la Flor de la Vida y danzante de la tradición: "El despertar de México, en toda su dimensión cultural y espiritual, sólo se entiende en el contexto de implementación de una nueva conciencia de paz y armonía en el concierto mundial". En este sentido las familias ya más "puramente acuarianas" están protagonizando un gran movimiento de reunificación en lo que han venido ha denominar la "Red Iberoamericana de Luz". Estas gentes, mayormente vinculadas a grupos metafísicos y esotéricos, están abriendo una etapa que ellos denominan de "gran comunión". Promueven la convergencia en "redes" pues sienten que la humanidad demanda en nuestros días unas nuevas estructuras más horizontales y libres, en contraste con las de un pasado religioso de instituciones más verticales y autoritarias. Los primeros grandes Encuentros de esta Red tuvieron lugar los pasados 24 y 25 en un "asrham" de la "Gran Fraternidad Universal" cercano a la ciudad de Monterrey y fueron organizados por la escuela OROMU. En un paraje verde e idílico se reunieron más de cuatrocientas personas, pertenecientes mayormente a grupos mexicanos, encarnando ese ideal de comunión. Durante dos intensos días meditaron y oraron por el planeta, reclamando "el flujo de energías de amor y de luz sobre la tierra". Gema Goizueta, miembro de la Red Ibérica de Luz y una de las españolas presentes en tan gran evento nos señalaba al respecto "Nosotros habíamos tratado con bien pocos de los presentes sin embargo semejábamos hermanos que nos conociéramos de toda la vida. Es increíble como en el transcurso de unas horas se creó un clima tan cálido. Este proceso de convergencia es imparable. Estamos llamados a unirnos en servicio al planeta, más allá de unas diferencias que a la postre siempre resultan enriquecedoras". En estos recientes encuentros se tributó un sentido homenaje a la mexicana Lourdes Miranda. Está guía espiritual fallecida días antes de la cita, estuvo muy presente en el corazón de los reunidos, pues había trabajado toda su vida por hacer realidad iniciativas como la que allí se vivía. Desde comienzos de los ochenta, "Lulú", como también se le conocía, se había entregado en cuerpo y alma al despertar de la nación mexicana, al florecer de la unión interna de todos los seres y grupos nueva conciencia. Por lo demás no sólo la realidad social, sino también las paraciencias, además de la antropología y la astronomía nos dan cuenta de ese despertar mexicano. Baste mencionar que para el mundo de la ovniología, México siempre ha sido la tierra de avistamientos por excelencia. Según venimos oyendo constantemente de los portavoces más autorizados entre estos estudiosos del fenómeno, las naves monitorearían especialmente esta nación llamada a jugar una rol importante en los tiempos por venir. Es más, la "Nueva Jerusalén" la nave de las naves, la plataforma volante nodriza con capacidad de acogida a millones de seres humanos, en caso de grandes cataclismos, estaría "aparcada" sobre la península del Yucatán. El Golfo de México es también considerado, en los círculos "contactistas", como la puerta dimensional "Vortex 12+1" o treceavo chakra planetario, túnel entre dimensiones que, entre otras funciones, posibilitaría la entrada y salida de las naves estelares. De la misma manera, el famoso contactado peruano Sixto Paz insiste, en las múltiples conferencias que viene impartiendo en la capital azteca, que, según la información que le facilitan sus "contactos", México está llamado a fungir su papel como "cuna de la nueva humanidad". En este sentido se pronuncia también Harold Moskovits, que con su agrupación "The Golden Light" (Luz Dorada), imparte cursos en todo América. En sus pláticas difunde que este continente y en particular México y Perú, dada la actividad energética de su tierra, favorecen el desarrollo de las facultades psíquicas y el crecimiento interno. El, junto con cientos de seguidores, han hecho trabajos mentales y espirituales en centros energéticos especiales como Teotihuacan o Xochicalco, con la finalidad de que estos centros "irradien energía todavía más elevada". Crisol de voluntades En realidad sería prolijo mencionar a tantos seres que hoy en día encarnan el espíritu de ese renacer mexicano, líderes en el más genuino sentido de la palabra con vocación de servicio y visión de futuro, resueltos a proporcionar siempre un nuevo horizonte a los que a ellos se acercan. Son guías que desde sus diferentes geografías, círculos de gente, líneas de trabajo… dan testimonio de la riqueza imperecedera y el calado interno de un pueblo que, venciendo todas las dificultades externas, se recrea a sí mismo y se ofrenda constantemente al mundo. Habría que hacer en primer lugar mención de Alberto Ruz , el veterano guerrero del "Arco Iris" curtido en mil y un floridas batallas, fundador de la comunidad de Huehuelcoyotl y que ahora se encuentra "exiliado" en Colombia con su infatigable caravana por la paz. En el Sur tropezaremos Eugenia Casarín esa otra mujer-faro que guarda en su cálida voz tropical las claves del conocimiento sagrado maya y que año tras año concita cientos de corazones y voluntades al pie de la pirámide sagrada del Adivino. En el Norte brilla la gente de OROMU, una escuela espiritual que está vertebrando el complicado manto de las citadas redes. En la capital encontramos a Laura Esquivel la cara más universal del nuevo México, siempre volcando la sal de su sonrisa en los yantares culturales y sociales de ámbito internacional; a Joselyne Arellano colocando gigantescos carteles de "Ora por el Mundo" donde hasta ayer se anunciaban la chispa algo más frívola de Coca-Cola; a Guillermo Sánchez que colgó su corbata de ejecutivo para ponerse a encender por doquier la Luz Nueva del milenio; a Ricardo Ocampo al mando de los hilos cibernéticos que al instante ponen a todos en "solfa" meditativa; a Ivette Báez que dejo de cubrir las guerras de Centroámerica para ponerse a anunciar su despertar, a hacer florecer la "Flor de la Vida"; a Virginia Sánchez que lleva su visión de mujer poderosa dentro de la cartera llena de responsabilidades sociales y políticas; a Ricardo Picard ensanchando el manto de la Guadalupana para cobijo de todas las huestes acuarianas; al inefable Antonio Velasco Piña, "caballero" en tiempos de menguada caballería, testigo por excelencia de tantos avatares que precedieron y anunciaron este despertar; a Leonel Lechuga arquitecto de profesión e ingeniero cósmico de afición que ha puesto todo su gran genio creador al servicio de la producción de nuevos y sanadores instrumentos … La lista es necesariamente breve, "injusta", cabría incluso decir. Sirva tan sólo para que tome el lector cuenta de lo que están gestando tantos personajes diferentes, pero a la vez unidos tras un mismo propósito del resurgir de una nación en el contexto de una nueva humanidad más consciente y fraterna. Lago, nopal y Águlia Las leyendas se van enlazando, tejiendo con sus hilos claroscuros, una historia más real que desemboca en un alentador presente. El momento mágico y trascendente que vive México se apoya también en otra bella leyenda. Según esta narración trasmitida de generación en generación, del continente Aztlán, el lugar de las siete cuevas, surgió un pueblo que peregrinó hacia el encuentro de su destino. Iban en busca de una tierra prometida, tal como lo hicieron también aquéllos otros peregrinos que viajaron por las tierras santas del Oriente. De pronto, el espíritu les mostró el camino para desembocar en un lago, (esta zona pantanosa, hoy desecada, correspondería al actual valle de la Ciudad de México) fuente del conocimiento y bienaventuranza. En medio de éste encontraron un islote y construyeron la antigua ciudad de Tecnochtlitlan . Sobre el islote crecía un nopal, símbolo de la vida terrestre que entre espinas esconde los jugosos frutos que provienen del espíritu y sobre el nopal parada estaba un águila, símbolo del poder espiritual sobre la materia sufriente plagada de espinas. He ahí que esa águila devoraba una serpiente, símbolo de la naturaleza grosera de la dualidad humana. Así en su conjunto, lago y nopal, águila y serpiente constituían los cuatro símbolos esperados por ese pueblo que se lanzaba a la búsqueda de un destino glorioso. Todo eso ocurría bajo la mirada serena de dos imponentes guardianes de cumbres nevadas y majestuosa presencia, el Popocatepetl y el Ixtaccíhuatl, que enmarcaban el panorama, concediéndole la grandiosidad que correspondía al momento. Ese pueblo de guerreros y conquistadores creció guiado por su luz interior. Mientras unos guerreaban, los otros conscientes de la misión de este pueblo, construían monumentos, grababan estelas, componían versos que dejaron permanentemente grabados para asegurar que su sabiduría y la conciencia de quiénes eran realmente, nunca se vería perdida. Ese pueblo creció y se expandió en sus cuatro direcciones. Si geográficamente asemejaba a un cuerno de la abundancia, en su conciencia humana era mil veces más abundante porque la tierra lo había dotado de todas las riquezas que le era posible conceder. Ese pueblo sufrió explotaciones, invasiones y hasta intentos de robo de su propia historia. Pero los eternos guardianes de lo invisible, aquellos guías que dieron origen a esta raza, permanecieron fieles en las horas difíciles, procurando a los mexicanos la identidad que hoy poseen. Así como en la naturaleza todo transcurre en ciclos: un tiempo es el de sembrar y otro el de cosechar, así, este pueblo reclama hoy sus frutos. Brazos y voces se alzan en demanda de merecidos dones. Los gigantes dormidos, guardianes de la conciencia de la nación mexicana están ya despiertos alentando la gloriosa manifestación de un pueblo que encarna la voz de las Américas. México se abre como mujer pura pero acogedora y hace sentir su presencia en todo el mundo. Resuena su llamado ancestral para no acallarse más. |
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