El subcomandante supo ubicarse en nuestros dÃas. Entendió enseguida las preciosas oportunidades para promocionar la causa indÃgena que proporcionaban las nuevas tecnologÃas de la información. En este sentido el antiguo profesor universitario de Tampico ha sido todo un visionario. Comprendió que los bytes cargados de poéticas proclamas eran infinitamente más eficaces que las balas cargadas de odio. No sólo inauguró una sorprendente y original dinámica de lucha; no sólo promovió un nuevo discurso revolucionario, lo difundió con los más modernos medios, sino que además le inyectó la más fina y tropical poesÃa. Durante dÃas las secciones de Internacional en prensa, radio y televisión se han abierto y llenado con el hombre de la pipa y el pasamontañas. Ningún lÃder revolucionario de nuestros dÃas ha adquirido tanto poder como él. Su gran reto estriba sin embargo en hacer buena inversión con ese enorme caudal mediático. Su liderazgo no es ya de orden exclusivamente nacional, su referente es de alcance planetario. Su influencia en los movimientos radicales y alternativos de Europa y América no tiene par. Marcos es el sÃmbolo de una nueva y recautuchada izquierda, pero quizá tiene ante sà el umbral de una mayor gloria que se resiste a atravesar. Muchos ojos están clavados en un personaje que tiene madera para ser algo más que un guÃa revolucionario de corte tradicional. Parece que no sólo México, sino buena parte de las gentes inquietas del mundo entero, reclamaran más de su liderazgo. Marcos se ciñe a su guión de duro rebelde, pero su carisma supera ese cometido. El rincón interno desde donde aflora tan bella y mágica palabra, parece abonado para engendrar un análisis más fino y flexible, que no claudicante, de la realidad. Es preciso quitar hierro al lenguaje, a la vez que manifestar mayor predisposición al encuentro.Tan necesario como sacar adelante las reivindicaciones de los campesinos chiapanecas, lo es el superar la inercia de confrontación de selva y ciudad, cultura occidental e indÃgena, Gobierno y periferia,… Hoy se dan las privilegiadas condiciones para salir de esa espiral de a ninguna parte, para saltar fuera de esa inercia de ancestral enfrentamiento. Es preciso salir del "Es como todos", si en realidad se desea aprovechar la "oportunidad más promisoria que se haya presentado jamás para saldar una deuda histórica con los indÃgenas". Si en verdad se consuma el repliegue de esa colorida y combativa "selva", todos perdemos: el asfalto que echará en falta su olor y frescura; los zapatistas que marcharÃan con las manos vacÃas, cuando sus reivindicaciones estaban más próximas que nunca a ser satisfechas. PerderÃa también un gobierno, que pese a su buena voluntad manifiesta, le ha faltado reflejos para adaptar su pesada maquinaria a la nueva situación creada. PerderÃamos quienes creemos en la resolución pacÃfica y dialogada de los conflictos, como la clave de la sociedad más madura y armoniosa del tercer milenio. Marcos y los dirigentes zapatistas tienen a todo un pueblo por defender, pero también una cultura de confrontación por abolir. Con la partida del asfalto, no progresarÃan la condiciones sociales, culturales y polÃticas de los "hijos de la tierra", con el plantón a la clase dirigente se ensancharÃa una distancia que debe de tender a apocarse. "No somos la realidad, sino apenas su reflejo, no somos la luz, sino apenas un destello", proclamó el subcomandante, en la histórica alocución del Zócalo. Marcos insiste en limitar su cometido a un efÃmero fulgor, cuando podrÃa situarse a la altura de los grandes de la historia. La métafora y finura de su discurso adquieren a menudo categorÃa profética pero es preciso sacarlos de la trinchera. Vayan con aprecio estas crÃticas al lÃder zapatista, pues tamaño es el deseo de que devenga "luz completa y no sólo destello". Post Data: Felizmente el reciente anuncio del presidente Vicente Fox de liberación de todos los presos zapatistas, de transformación de tres instalaciones militares en centros de desarrollo indÃgena y de gestiones para que el Congreso reciba a los rebeldes, reaviva la esperanza en la resolución del conflicto. |
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