Información gráfica en : http://www.fundacionananta.org/web/index.php?option=com_content&view=article&id=593:una-cronica-del-v-contigo-somos-paz-koldo-aldai&catid=1:contigo-somos-mas-paz&Itemid=56#comments Fundación Ananta, Fundación Valores-Carta de la Tierra, Instituto Potencial Humano y Fundación Cultura de Paz y fueron los convocantes de este “Contigo Somos + Paz-X aniversario de la Carta de la Tierraâ€. Detrás, todo un elenco de casi 50 organizaciones y personas fÃsicas que se brindaron igualmente a apoyar tan importante cita de unidad. HabÃa que comenzar a exteriorizar a gran escala la unión interna que se está fraguando, habÃa que manifestar ya fÃsicamente la fraternidad que está emergiendo. Escribimos para los que tuvieron la suerte de estar presentes en esa mañana grande, también para los que enviaron su espÃritu, para los que no lo vieron con los ojos de la carne. La cifra de asistentes se acercó a los 3.000, lo cual constituye la mayor meditación por la paz y la fraternidad que nunca se haya realizado en nuestro paÃs. Aún quedaron asientos vacÃos, pero nos consta que por toda la geografÃa ibérica habÃa muchas almas sintonizadas con esos instantes de profunda unión en lo interno. Escribimos para la historia, para que se sepa cuándo los humanos comenzaron aquà a llenar grandes aforos deportivos en calve de armonÃa y conocordia, escribimos para un mañana en el que este género de actos estará a la orden del dÃa. En el futuro será habitual confraternizar más allá de nuestros credos personales en lo más puro de nuestras almas. Será habitual unirnos en la palabra sagrada, en el silencio unificador, en la invocación aunada y poderosa, gentes de diferente filiación espiritual. A partir del domingo 24 de octubre ya será más fácil, pues hay precedente. Se podrá avanzar en este tipo de futuras unidades de acción, pues ya se ha ensayado. Os ofrecemos algunos breves, pero significativos extractos de los discursos de ponentes. Más difÃcil nos será atrapar la música de Ocno, Luis Paniagua o Ravid Goldschmidt, más difÃcil será atrapar los guiños traviesos de los duendes, describiros cuando los gnomos de la utopÃa de la "Fábrica de los sueños" remontaban los cielos empujándonos también a cada una de las miles de personas presentes, a la cumbre de la emoción. No, no hallaremos las palabras. Quizás las fotos que acompañan estas letras os sugieran algo de la ternura, el color y la fantasÃa con las que Marisa Tejada y sus duendes nos cautivaron a todo el público. Oradores para la paz El acto lo presentó MarÃa del Pinar Merino, de Fundación Valores, quien fue dando la palabra a cada uno de los ponentes. Para que no hubiera duda alguna, MarÃa Toscano lo dejó bien claro desde el primer momento: la verdadera paz es una conquista de adentro. La catedrática y conocedora profunda de mÃstica comparada, colocó el desafÃo de la paz bien cerca de cada quien: “El obstáculo de la paz somos nosotros mismosâ€. Invitó a ganar la “otroidadâ€, como parte de nosotros mismos, a “comunicamos de profundidad en profundidad, de alma a almaâ€. Redondeó afirmando: “Siendo el otro, no tenemos que asimilar al otroâ€. Desde “nuestro propio lago interior†la oradora sugirió abrazar la infinidad y el universo. Ya en un plano más concreto, abundó en la verdad como necesidad pública: “Necesitamos la verdad como condición de pazâ€. Igualmente Toscano apuntó que no puede haber paz mientras perdure el hambre, la injusticia, la persecución, la ignominia, la violación… Por último vinculó la verdadera paz al amor, pero matizó que se referÃa a un amor profundo e incondicional, nada fácil, “amor como capacidad de comprender al otro, amor como plenitud del ser humanoâ€. Sus últimas palabras fueron en referencia a la alegrÃa como el fruto de la paz. Por su parte, el cirujano Mario Alonso Puig quiso mostrarnos cómo transitar de un corazón en guerra a un corazón en paz. El argumento para ese mutuo respeto se manifestó contundente: “El otro es tierra sagradaâ€. Después puntualizó: “En realidad todo ser humano es tierra sagrada, aunque no esté en su mejor momentoâ€. Ensalzó a continuación el valor de la compasión: “cuando el otro es agresivo conmigo, hay un profundo dolor dentro de sà mismo…†y de la misericordia, “que quiere decir enviar nuestro corazón al otroâ€. Seguidamente apuntó lo más difÃcil: “enviárselo sin plantearse siquiera, si el otro merece o no el corazónâ€. El médico y escritor condujo también sus palabras hacia el amor. Describió las diferentes formas de amor en función del grado de correspondencia que esperamos: “finalmente se ama sin necesidad de ser amado, sin otro deseo y otro gozo que el de amarâ€. Se despidió con un “Namastéâ€, que es un saludo en sánscrito que indica: “me inclino ante la luz y la belleza que hay en tu interiorâ€. Seguidamente Federico Mayor Zaragoza ejerció una vez más con fuerza y poder su liderazgo indiscutible en el marco de una ciudadanÃa consciente y comprometida. El viejo profesor y diplomático, el incansable defensor de los derechos humanos y trabajador por la alianza de las civilizaciones, se arrancó con fuerza: “Necesitamos una movilización general. Ya nunca más la mano armada, sino la mano tendida… La paz en uno mismo, en el hogar, en el aula, en el pueblo, en la ciudad…, la paz en el mundo enteroâ€. A continuación arremetió contra el “adagio perversoâ€: “Si quieres la paz, prepara la guerraâ€, e hizo votos por un nuevo rumbo planetario: “La paz es el fruto del trabajo cotidiano. Todos los dÃas hemos de luchar contra la pobreza. Todos los dÃas han de ser para nosotros dÃas de paz. Tenemos que estar a la escucha de los demás…â€. Emocionó al auditorio cuando recitó la declaración de las Naciones Unidas, cuando lanzó ese llamado que él tanto ama: “Nosotros los pueblos, la gente…, tenemos que evitar la guerra a las generaciones veniderasâ€. Obviedades que en su potente y ronca voz adquirÃan una emoción inigualable: “Todos somos iguales en dignidad…†No escatimó tampoco autocrÃtica: “Hemos ofrecido la vida a los designios del poder, a terceros. Hay que formar ciudadanos libres y responsables. Más allá de las formalidades de la democracia, hoy hay otras formas civilizadas de expresión. Contamos para ello con nuevos mediosâ€. Apeló a desterrar la cultura del dominio y abogó por la gran transición hacia una cultura de conciliación y de paz. Animó en esa misma dirección a desvivirnos en favor del otro: “No podemos mirar para otro lado cuando observamos los pingües beneficios que obtienen las empresas occidentales en el tercer mundo a costa de mano de obra barata y agotamiento de recursos. No puede ser que haya gente que muere de hambre, cuando nosotros tenemos de todoâ€. Seguidamente inculcó nuevo coraje a la ciudadanÃa allà representada: “Los ciudadanos somos los que dirigen el mundo, el mundo lo han de dirigir las democracias genuinas. No puede ser que sólo los más prósperos de la tierra, los que gozan de mayor poder polÃtico o económico nos dirijan. No debemos permitir que sean siempre los mismosâ€. Por último trajo hasta el palacio deportivo la presencia del poeta GarcÃa Lorca, que hace algunas décadas ya habÃa profetizado que no tardarÃa en llegar: “una gran explosión espiritual que permitirÃa a todos los seres humanos vivir iguales en dignidadâ€. He aquà las últimas palabras en la alocución de quien ha entregado su vida entera a la paz: “Caminemos hacia la interdependencia global y responsabilidad universal... El destino común nos hace un llamamiento para buscar un nuevo comienzo. Para cumplir esta promesa debemos cambiar de mentalidad y de corazón. “¡Contigo la paz es posible!â€. Por último, subió a la tribuna de oradores quien suscitarÃa una y otra vez los aplausos de un público adherido a su mensaje. Joan Antoni Melé, con su invitación a ser consecuentes y responsables en la vida práctica de los ideales que proclamamos, terminó de ganar el corazón de los asistentes. Melé hizo un llamado muy directo a cada uno de los presentes a implicarse de forma real con el nuevo mundo que ya está emergiendo y a privar de energÃa al sistema imperante. Pero antes de lanzarse a ganar para el compromiso ético y social a quienes atentos escuchábamos su discurso, contó la bella historia de una navidad en los frentes de la primera guerra mundial. Allà soldados de un lado y otro de las trincheras llegaron a confraternizar en unas fechas tan especiales. En medio del campo de batalla afloró de forma espontánea la paz y la concordia. Quienes se estaban matando optaron, siquiera por unos breves momentos, por los cigarros compartidos, el partido de fútbol y el mutuo muestreo de la fotos de los seres queridos.... Tras la bella historia real vino el argumento claro, rotundo, incuestionable: “Es muy fácil echar la culpa a la banca de los males presentes. ¿Son los bancos los codiciosos o somos todos los que hemos participado en la creación de este mundo? En treinta años que he estado en banca tradicional, entre las miles de personas que se han acercado a mi despacho interesadas por algún producto financiero, ninguna me ha preguntado por lo que hacÃamos con ese dinero y sà por cómo sacar el máximo beneficioâ€. Seguidamente le entró a su tema bandera: espiritualizar la economÃa. “La economÃa es el ámbito en el que todos nos relacionamos. Todos nos necesitamos, todos podemos tener una relación fraternal. Ahà empieza la nueva economÃa: descubrir cada quien sus capacidades para aportarlas al mundo en forma de trabajo. Ya no contagiar más miedo, sino descubrir quiénes somos y qué podemos aportar al mundoâ€. El peculiar banquero puso alto el destino humano: “Hemos creado una economÃa animal y sin embargo el ser humano no se guÃa únicamente por instinto. El ser humano puede estar por encima de las circunstancias, puede elegir crear, puede elegir su destino. Eso poco tiene que ver con el animalâ€. Melé argumentó sobre la necesidad de incluir la bondad al servicio de la transformación de la sociedad: “Tenemos más poder del que creemos. Hemos de aplicar nuestras capacidades al servicio de la humanidad. Los seres humanos somos un organismo global. Es vergonzoso que haya tanta gente que se muere de hambre, teniendo como tenemos la humanidad más poder económico y tecnológico que nuncaâ€. Más adelante afloró el Melé más combativo: “El mercado no es libre. Eso es una falsedad. No existe la ley de la oferta y la demanda. Es falsa esa confianza en el mercado de, ‘tú preocúpate de lo tuyo que el mercado ya lo regulará todo’. Lo que son inexorables son las leyes de la naturaleza… Lo que es sagrado es la dimensión del ser humano… El otro es tan sagrado como nosotrosâ€. Después vino también su propia invitación a la rebelión: “No puede ser que nos dejemos seducir tan fácil. No debemos adaptarnos a esta sociedad que está enferma. Debemos cambiar el mundo. Cada quien ha de ver cómo contribuye a la construcción de la nueva sociedadâ€. Y aportó también posibilidades prácticas de cambio: “A la hora de consumir y a la hora de ahorrar votáis. Cada adquisición, cada producto o servicio que contratáis es un voto. Habéis de ser conscientes de a dónde va vuestro voto. No podéis permitir que con vuestro dinero se hagan las cosas que se están haciendoâ€. Por último concluyó: “Ya no se debe tratar de educar para ganar dinero, sino para ser hombres y mujeres “de provecho†para la sociedad, como se decÃa antes. La motivación tiene que ser la ética, el deseo de cambiar el mundo. En un organismo cada parte, cada célula, afecta a las demás… Ha llegado el momento de que la gente tome en sus manos las riendas de su destino. Estamos en pie de pazâ€. Meditación para la paz Marta MatarÃn, del movimiento internacional Brahma Kumaris, condujo la meditación final, los instantes mágicos en que nos pudimos sentir un solo ser, en un solo latido, en un solo pulsar de paz, unidos también al Cielo cualquiera sea la forma, los colores como cada quien lo pinte. Antes de sumergirnos en la profunda paz de la meditación, esta profesora de meditación señaló que “desconectándonos de nosotros mismos, de quien en realidad somos, no podemos alcanzar la pazâ€. Dejó claro que ser espiritual “no es sentarse en una nube y no hacer nadaâ€, sino más bien “aprender a respetar todas las formas de vida, profundizar en el reconocimiento de nuestro verdadero ser, recobrar el equilibrio perdido, reconectar con la verdad y el amor profundosâ€. La alocución de Marta fue una invitación a la sencillez, a la responsabilidad, a la transformación, a la no violencia…: “Es conveniente alejarnos del consumo excesivo. La naturaleza humana necesita encontrar su oasis de paz. Necesitamos cultivar una visión elevada para el mundoâ€. En ese sentido Marta sugirió “visualizar la estrella que somos, la paz que somos, entrar en un espacio de silencio o de paz total como si estuviéramos bajo los rayos de un sol espiritualâ€. En esa misma lÃnea práctica invitó a “absorber toda la paz, todo el amor que somos, a absorber toda la quietud de estos momentosâ€. En el ejercicio de meditación colectiva lanzó esta bella sugerencia: “Visualizad la tierra aquà con nosotros. Vamos a regalarle a la tierra la paz que estamos experimentando, el amor y el agradecimiento que en este instante sentimos. Sentimos la vibración de estos momentos. Sentimos la energÃa del sol espiritual brillando sobre nosotros, inundando toda la tierra. Esta es la semilla de la paz que está siempre con nosotros. Cuando deseemos la podemos hacer crecer…â€. Las últimas palabras de Marta resuenan aún en nuestros corazones: “La paz está sólo a un pensamiento de distancia. Todos somos paz, irradiando paz al mundo. Paz, paz, paz...â€Con el acto del Palacio de Deportes ha triunfado la paz, pero sobre todo ha triunfado el trabajo grupal, la unión de diferentes personas, grupos y fundaciones tras un alto ideal de fraternidad y paz interior. El evento del 24 de octubre ha abierto horizonte hermoso de nueva cooperación. La Tarea continúa. Sólo juntos podremos. |
|
|
|