¿Qué pasa con los “papeles†que separan familias y lastran nostalgias? ¿Qué pasa que ensanchan océanos y ponen a ensayo y fogueo los amores? De los papeles se rÃe el viento, pero el hombre les hace altar y las autoridades invitan a venerarlos. Los papeles los disuelve el agua, pero los hermanos de piel más oscura han de hacer largas colas para encarpetarlos. Los papeles los devora la más mÃnima llama, pero quitan el sueño a quienes denominan “emigrantesâ€. ¿Sin embargo quién se cree aquà por siempre? Todos estamos de paso, todos apacentaremos ovejas al otro lado de un charco, todos pasaremos en algún remoto pasto la prueba de la nostalgia. ¡Ojalá cuando su aguijón amenace el corazón, nadie nos cierre fronteras, nadie nos pida papeles de ida y de vuelta! Construyamos por fin hogar para todos los vientos, para todas las gentes. Dibujemos un cielo surcado por aviones de hombres y mujeres libres y “legalesâ€, aligerados de permisos, pasaportes y visas; hermanos de todos los colores, colmados en sus vacÃos, desnudos de nostalgias, con anhelo de mudos y lejanos atardeceres, de fino y cansino campanilleo. Por un mundo sin fronteras, por una patria planetaria hemos de trabajar duro, amigo pastor. Caminos sin barreras y aeropuertos sin adunas nos aguardan a la vuelta de esos balidos ahogados, de esas frÃas tardes de Enero. ¡Por el tejado ancho y el hogar de todos , por el fuego del amor fraterno, que te aligere de la dura zamarra de cuero, de la pesada soledad de invierno! Zubielki 6 de Febrero de 2001 |
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