Gabriel dejaba un pasado de éxito. HabÃa triunfado con las pelÃculas de “super 8â€. En los tiempos en que muy pocos se ponÃan detrás de una cámara, él era uno de los realizadores más cotizados en España. Hizo dinero y compró un caserÃo a las faldas del Anboto que trasformó en próspero restaurante por donde desfilaron los grandes del momento. Se podÃa haber ahogado en una prosperidad de la que le salvó a tiempo la anciana cargada de arrugas que tuvo la osadÃa de susurrarle el paradero de Dios. El de Neguri se puso asà a buscar a Dios en cada leproso y moribundo que le encomendaron a lo largo de catorce años. Algo de ese Dios debió haber encontrado, por lo menos algo de su gozo, pues cuenta con entusiasmo todas sus correrÃas en Calcuta a las órdenes de la santa a la que adora. Su presencia de ahora todavÃa delata algo del Gabriel de otrora, como si toda la mugre de Calcuta no hubiera logrado disipar su postÃn de antaño. Vuelca sin pudor en nuestra conversación la palabra “pecadorâ€. Pareciera lamentarse de que el encuentro con la santa se hubiera demorado en exceso. Sin embargo nos permitimos poner en duda su previa vida ligera y “pendencieraâ€. Antes de instalarse en la más grande ciudad de los pobres, habÃa empujado una buena colección de camillas en Lourdes y Fátima. En Calcuta hacÃa labor de acogida y de orientación a los voluntarios españoles y de otros paÃses que llegaban. Con la Madre se entregó totalmente. Ella le encomendaba tareas de relaciones públicas, dado su innato don de gentes. Calcuta queda ya un poco lejos para su edad, pero ahora busca a la misma Divinidad en el rostro de los pobres a los que cada dÃa asiste en el comedor de los franciscanos de Bilbao. De sus largos años con los últimos, de su vida marcada por el trato cercano con la Madre Teresa, tiene a bien hablarnos este comunicador innato… ¿Te ha valido el haber conocido el dolor del mundo? Cuando he sentido algún dolor fÃsico aquà por alguna enfermedad o achaque, no he tenido más que acordarme de todo el dolor que he visto en Calcuta durante tantos años. Con ese recuerdo se va el sufrimiento personal. Al evocar esas imágenes ya no te duele nada. ¿Qué es lo que te ha dado la Madre Teresa? Lo que más me atrajo fue su santidad. Yo llevaba una vida mundana y ella me transformó por entero. Trabajé en las diferentes casas de las Misioneras de la Caridad. AsistÃamos a las 7 de la mañana en la Casa Madre a la misa. Después desayunábamos y nos dirigÃamos a nuestros respectivos destinos. ¿Qué representaba el pobre para la Madre Teresa? El pobre representa el propio Cristo. Gracias a ella, jamás he vuelto a ver a un pobre como un ser inferior a mÃ. Tampoco a un mandatario como a un superior. Ella me ha mostrado la satisfacción de tocar la mano de Cristo cuando doy una limosna a los niños. ¿Conviene dar limosnas directamente a los niños? Una propina sin más es una ofensa. Si les haces un juego y te dejas ganar, ellos se ven a sà mismos como conquistadores de ese premio. Todo eso lo aprendà con la Madre…
¿Más aprendizajes a su vera? Para ella los últimos eran los primeros. En el banco que tenÃa en el pasillo del primer piso de la Casa Madre, ella se disponÃa para hablar con quien quisiera. ¿Allà recibÃa también a los dignatarios del mundo…? No hacÃa ningún tipo de distinciones. A Carlos de Inglaterra le recibió en el mismo lugar en el que nos recibÃa a los que solicitábamos hablar con ella. Era su banco en el pasillo-balconada del primer piso. No habÃa allà ningún privilegio. A todos nos escuchaba con igual y absoluta dedicación. En ese momento no habÃa para ella nada más importante que atender a quien con ella estaba. Eso sÃ, ya podÃa departir con el más alto dignatario de cualquier paÃs, que cuando tocaban la campana a las seis de la tarde para la adoración, ella lo dejaba todo. Cuando vino el prÃncipe Carlos veÃamos abajo toda la parafernalia, pero él hubo de subir sólo y sentarse en el mismo lugar que el resto. El prÃncipe le besó los pies a la Madre con toda su admiración. Sin embargo, llegada la hora, la Madre no dejó de asistir a su adoración de las seis. Por allà paso también mientras yo estuve Lady Di, Los Rollins Stones, Kennedy… ¿Cuál era su tajo en Calcuta? Estuve sobre todo en Prendam. Allà se acoge a quienes padecen sida, lepra, hambre extrema y desnutrición… Se acoge a todas las edades y condiciones. Puede haber habitualmente alrededor de 900 personas. Aunque teóricamente los enfermos no son muy graves, dada la cantidad de ellos, las defunciones son muy corrientes. ¿Además de limpiar y acompañar a los enfermos, también curaba? No, no me sentÃa apto para ello. A la leproserÃa por ejemplo no puede ir cualquiera. Hace falta un cierto conocimiento para cortar los trozos de carne. Yo pasaba tiempo jugando con unos y con otros. Haciendo gracias. Trataba de disfrazar de humor el sentido de la compasión. La expresión desnuda de un sentimiento de compasión puede resultar contraproducente. ¿Has conocido la vida exquisita de Neguri y la vida de los más pobres del mundo? Sà he llevado una vida acomodada, pero también he dormido hasta en los rikshaw, cuando los monzones. ¿Algunos detalles significativos en la vida o la obra de la Madre? Cuando viajaba en un avión recogÃa toda la comida sobrante para después darla a los pobres. Otro detalle significativo también es que en ninguno de los hogares de la Madre Teresa hay flores, pues entienden que es prioritario el uso de la tierra para plantar hortalizas y colmar el hambre. ¿Y alguna otra anécdota? El dÃa de jueves santo era también costumbre que la Madre nos limpiara y nos besara los pies. Era el ritual del lavatorio. En una ocasión estaba allà una mujer gallega que habÃa sufrido grandes quemaduras al haberse incendiado su casa. En el accidente habÃan muerto sus padres. Cuando la Madre Teresa le besó los pies, vino a nuestro encuentro llorando. Nos compartió que en el momento de besarle los pies la Madre, sintió más calor que cuando el mismo incendio. Son muchas las anécdotas. No tendrÃas papel para todas ellas. Por ejemplo una vez Nirmala, la sucesora, me enseñó una carta del Presidente de Albania comunicándole a la Madre Teresa que por fin iba a abrir las iglesias católicas en su paÃs. La Madre contestó con agradecimiento, pero le señaló que igualmente debÃa abrir las mezquitas, pagodas… Recuerdo igualmente cuando le presenté a un sacerdote de Cáceres y en el momento de que ella le bendijera, fue ella la que le agarró con todo su carácter, se arrodilló y le dijo: “Vd. me bendice a mÃ, no yo a Vd.†El sacerdote se quedó petrificado. ¿Alguna frase que se le quedó grabada de ella? “En todos los hermanos hay que ver a Dios. Para amar a los pobres hay que conocer la pobrezaâ€, decÃa la Madre. Se ha puesto en cuestión su absoluta fidelidad al Papa… Sin embargo era ella la que decÃa: “Acordaros de que el Papa es el representante de Cristo en la Tierra, pero no os olvidéis nunca que un pobre es el propio Cristo en la tierra…†Eso nos lo dijo una vez que estábamos viendo en un televisor un viaje del Papa. Por esa razón ella escribÃa siempre la palabra pobre con mayúsculas. También nos decÃa: “A la mañana cuando vamos a comulgar, recibimos al Señor, pero durante todo el dÃa mientras tratamos con los pobres y enfermos, tocamos al Señorâ€. Para ella el hecho de tocar a un pobre, suponÃa la misma experiencia que tocar al propio Señor. Hay quien habla de cierto conservadurismo religioso unido a un conservadurismo en cuanto a métodos de funcionamiento, en cuanto a formas de cura… No, lo que ocurre es que ellas están centradas a su labor asistencial. La Madre Teresa y sus hermanas han ayudado a morir a mucha gente. Se mueren y no hay nada para remediarlo. “Aquà no sirve de nada enseñarles a pescar, es que se nos mueren en las manosâ€, me decÃa un amigo. La limitación de medios es absoluta. Cuando yo llegaba de Bilbao con las maquinillas de afeitar nuevas, todo el mundo se querÃa afeitar conmigo, pues allà las hojas estaban ya muy gastadas. ¿Sin embargo aún con toda esa adhesión incondicional a Roma, se respira un exquisito respeto por todas las religiones? Por supuesto. Trabajé también durante tiempo en Kaligat, la casa de los moribundos. Kaligat era la primera casa que levantó la Madre Teresa para las personas que van a morir. Allà hay 80 hombres y 80 mujeres más o menos. En la entrada hay un cartel en el que se indica que es preciso preguntar a cada enfermo por su nombre y su religión. Esto se hace con el objetivo de que el enfermo cuando se muera oiga su propio nombre. También se le pregunta por la religión, de forma que se le asista con arreglo a las pautas de su credo particular. De esta forma al que es musulmán se le lee el Corán; al hindú el Bhagavad Gita y se le pone agua del Ganges en los ojos, en la boca y en las orejas; al católico se le habla de Dios y de su perdón infinito… Todo ello nombrando expresamente el nombre del enfermo. La propia Madre siempre fue muy observante de ese respeto. ¿No es asÃ? La Madre Teresa decÃa: “Hay que intentar que el hindú sea mejor hindú, que el musulmán sea mejor musulmán…, lo mismo el católico y el budista. Pero jamás hay que intentar cambiar su credo. Ellos encontrarán a Dios por su propio camino.†Recuerdo un amigo musulmán que querÃa hacerse católico. Me pidió que le acompañara a donde la Madre Teresa. Allà fuimos y ella le preguntó: “¿Tus amigos qué son?â€, él respondió “musulmanesâ€. “¿Y tus padres?â€, “musulmanes†volvió a responder él. “Entonces sigue musulmánâ€, concluyó ella, “pero sé un buen musulmán.†¿Ningún voluntario se echa para atrás? Nadie se echa para atrás… He conocido a miles de voluntarios y todos se hacen. He llevado a Calcuta a gente a la que al principio le daba asco lavar a un niño pequeño el culo y después han acabado dando clases en la leproserÃa. ¿Eso a qué se debe? Cuando una vez le preguntaron a la Madre Teresa: “¿qué diferencia hay entre Vds. que aguantan todas las situaciones imaginables y los asistentes sociales de diferentes partes del mundo?â€, la Madre respondió: “Ellos lo hacen por algo y lo hacen muy bien, pero nosotros lo hacemos por alguienâ€. Por ese camino se va más lejos. Los voluntarios que llegan, al principio pueden sentir asco ante determinadas situaciones, pero en el contacto con la entrega y la espiritualidad de las hermanas lo acaban superando todo. ¿Nadie coge entonces el avión de vuelta al segundo dÃa? Nadie. Recuerdo a una pareja española que llegó de madrugada y que vieron con sorpresa todo el panorama de gente durmiendo en la calle. A la mañana siguiente sintieron que no podrÃan reunir la fuerza suficiente para quedarse a trabajar allà de voluntarios tal como tenÃan programado. Finalmente les convencimos para que probaran. El dÃa de su partida me pidieron que yo les sacara fotos a las personas con las que habÃan tratado. La Madre sugerÃa no sacar fotos, pues aquello se podrÃa transformar en un circo. Sin embargo el último dÃa antes de la partida del voluntario sà se podÃan sacar fotos. Tras haber estado unos dÃas allÃ, se supone que el voluntario no saca fotos indiscriminadamente, sino exclusivamente a las personas a las que ha atendido. Cuando fui a devolverles la máquina ya con las fotos, me encontré a la pareja que habÃa querido irse nada más llegar, abrazada llorando porque se tenÃan que marchar. ¿Qué era lo más duro en el trabajo en Calcuta? Lo que más duro se me hacÃa no era cuando Ãbamos a dar de comer a los pobres leprosos en la calle. Lo más duro se me hacÃa cuando esos propios leprosos se nos echaban a los pies para besárnoslos. ¿A ti tampoco te tentó en algún momento el correr al avión? Una vez fui a recoger a un niño hemipléjico, paralÃtico, leproso…, todo a la vez. Me encargué a partir de entonces de darle de comer. Lo hacÃa con dificultad. En medio me hice una escapada a Nepal. Cuando volvà me dijo la hermana que me apresurara a donde él, porque se estaba muriendo. Asà que me acerqué al niño, le cogà en los brazos y me dijo: “I’m waiting you for die†y se me murió. Hay quien dice que se observa una merma del espÃritu fraterno y solidario en los últimos años… Cierto. Ahora ya están cambiando algo las cosas. A veces un cierto ingrediente turÃstico entra en los viajes orientales de algunos jóvenes. Dan a sus periplos un toque solidario con una breve escala en los hogares de la Madre con alarde de fotos. ¿El que quiere echar una mano allà qué puede hacer? Cada quien elige de buena mañana a qué tipo de centro quiere ir. Allà no hay nadie más importante que otros. Tampoco hay tareas muy definidas. Me acuerdo de médicos cirujanos que al segundo dÃa ya estaban barriendo. “Yo estoy acostumbrado a contar con una enfermera a mi lado que me facilita todo el instrumental… Aquà no puedo hacer nada…â€, me decÃa un tanto desesperado al comienzo un médico belga. Sin embargo te encontrabas con gente del lugar sin titulación alguna acostumbrada a curar con los mÃnimos medios. Para ti la Madre Teresa ha sido todo en tu vida… Dijo Nirmala, la sucesora de la Madre Teresa, en los funerales de ésta: “Dios amó tanto a los hombres que envió a su Hijo a la tierra y amó tanto a los pobres que envió a la Madre Teresa.†La Iglesia deberÃa estar más con los pobres. Hace falta un nuevo papado con carisma de pobreza, impregnado del espÃritu genuino del evangelio. Eso iba a levantar de nuevo la Iglesia. |
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