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Crónicas desde Velouriz (Julio del 2023)

Las gotas de rocío diminutas y brillantes pudieron con el camión imponente. El camionero pisaba el acelerador, pero las gotas insignificantes insistían en frenar el mastodonte. Hemos pasado hoy a la mañana momentos apurados. El enorme vehículo derrapaba a la salida de nuestro terreno. Estamos sembrando de caravanas el ancho prado. Ya hemos metido dos, el lunes si Dios quiere, llevaremos una tercera.

Estamos creando mínimas condiciones para poner a caminar el proyecto. El camión finalmente con tablones de madera y arena delante de las ruedas venció al rocío, salió del apuro, tiro para adelante. Nosotros también, siempre el Cielo presente , saldremos adelante. Florecerán estos prados para la gloria de Dios y el servicio al prójimo. Hoy vinieron las cigüeñas para confirmarlo, los hermanos alados, que se pueden observar en la imagen, se acercaron para aseverarnos que apuntamos en la dirección del futuro.

Estamos plantando en el inmenso verde caravanas modestas de segunda o tercera mano pero capaces de albergar vida sencilla, austera, retirada. Ahora estamos creando las condiciones para después, allá por finales de septiembre, terminar de aterrizar.

Ven, si anhelas cuidado de Tierra y del Alma, si albergas voluntad de comunión. Te estábamos esperando...

"VELOURIZ YA ESTÃS AQUÃ..."

No hay más "Tierra prometida" que la que juntos, con la ayuda del Cielo, somos capaces de visualizar, sembrar, construir y consagrar. Las casas rodantes se empiezan a apostar bajo los recios robledales. Las hemos anclado firmes, para largo tiempo.

Felizmente estamos encontrando mucho interés por Velouriz. Los amigos/as nos preguntan por el proyecto y en realidad tenemos poco por decir. Sencillamente está todo por hacer, todo por levantar. Queremos cuidar la Tierra, nuestra Madre, queremos cuidar nuestra Alma y deseamos mantener la cancela abierta, proporcionar acogida. Queremos alabar juntos al alba y al ocaso del día. Ensayaremos vivir más en grupo, más en oración, en danza y comunión. Anhelamos en ese ensayo dejar por el camino buenos trozos de ego, de personalidad combustible; reemprender a conciencia un reciclaje de nuestra condición inferior.

El kilómetro cero entusiasma y asusta a un mismo tiempo, pero las caravanas de octava mano proporcionan ya su cobijo, incluso su tímido grado de confort. El verano y sus amaneceres desbordados de vida y su luz prolongada terminan de exaltar los ánimos. Nos inunda la satisfacción de intentar levantar algo hermoso y renovado.

Ofrecemos unos anchos prados y bosques autóctonos para el mañana, para el futuro más sostenible y consciente, para quienes quieran en este espacio levantarlo.


¿Y AHORA QUÉ...? ¡AHORA VELOURIZ!

Volvemos contentos tras unos días en la finca. Hemos logrado meter tres caravanas. El mínimo confort ya está asegurado en medio de esos prados colmados de verdor, preñados de futuro.
El largo viaje permite disfrutar revisando lo que hemos avanzado estos días, así como proyectar y soñar cómo pueden ser los siguientes. Observo lo importante que es tener en la mente un proyecto ilusionante, ya para la Gloria de Dios, ya para el servicio a nuestros hermanos.

Necesitamos algo alentador, un Intento con mayúsculas que imprima sentido a nuestros días. Las letras, la literatura se pueden inflar, pero no es fácil que por sí solas alcancen a llenar todas las anchas paredes de una existencia. A menudo me he preguntado si podía bastar la literatura para sostener una entera encarnación. Para sostenerla quizás sí, pero seguramente tornará insuficiente para inundarla de Vida.

A veces me parece imposible después de tantas vicisitudes, tras tantos y graves problemas y dificultades en la última racha, nos encontremos ahora ante un proyecto grupal tan alentador y motivante. No paro de dar gracias a Dios. Tantas veces se grabó en nuestros oídos la pregunta involuntaria, pero sumamente interpelante: “¿Y ahora qué…?†Construíamos un espacio de fraternidad ceñido a unos días escasos, bajábamos el Cielo a la Tierra sólo de prestado, incapaces de instalarlo y aposentarlo en el futuro…

Cuando este año, con inevitable pena, despidamos el campamento, cuando cerremos la peregrinación, cuando nos resistamos a romper el círculo y queramos dar continuidad al abrazo..., no se apagará el rostro. En el triste momento de las despedidas, habrá, siempre hay, quien nos emplace, quien formule el temido “¿Y ahora qué…?â€

Por primera vez en muchos veranos podremos anunciar que por fin hay continuidad, que el gozo de nuestra vida compartida no queda constreñido a esos días confinados. Podremos decir bajito, como se merecen las importantes buenas nuevas: “Ahora perdura esa comunión, ahora sigue el círculo, ahora Velouriz…â€.


* Quienes queráis contribuir al proyecto os facilitamos un listado de elementos que nos sería de una gran utilidad en esta primera fase de arranque. Aceptamos muy agradecidos la donación para Velouriz de: desbrozadoras, generadores de gasolina, estufas de leña, cocina de gas, placas solares, herramienta de carpintería, albañilería y fontanería…

De momento no dispondremos de un espacio virtual estable, ni por ahora lo vamos a crear. Hemos elaborado dos amplios y detallados documentos. El primero en el que abundamos en nuestra visión compartida. El segundo documento es más de orden práctico en el que detallamos el funcionamiento de la futura comunidad y los protocolos de la acogida.

Quien desee que se los enviemos nos facilita su mail y se los hacemos llegar. También por whaspap, solicitándolos al 606695452. Un abrazo fuerte, agradecido y fraterno de la parte de todo el equipo fundante.

 
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