Los cementerios desparecerán de la faz del mañana. Nos lo han revelado, sin excepción, todas las corrientes espirituales serias. Una humanidad más consciente no guardará las urnas corporales. El entierro auspicia el apego corporal. Los cadáveres pueden ser, por lo demás, fuente de insalubridad. Hay también una razón más oculta, que tratamos aquà brevemente de esbozar desde nuestro muy pobre conocimiento. Los ángeles o devas son los constructores y mantenedores de las formas en todas las dimensiones. Tenemos un ángel o deva guardián de nuestro cuerpo fÃsico, al igual que otros devas guardianes de cada uno de nuestros otros cuerpos más sutiles. Cada tradición le otorga un nombre. Estos devas cumplen fielmente esa función de construcción y mantenimiento de los cuerpos. Es una fuerza incondicional. El alma partirá, pero hasta que el cuerpo no se ha deshecho por completo ese ángel-deva permanecerá custodio de nuestra envoltura temporal. Con la cremación estamos posibilitando la pronta liberación de ese deva que tanto servicio nos ha brindado; estamos procurando que emprenda otro trabajo de custodia y mantenimiento con otro cuerpo fÃsico. La humanidad está llamada a liberarse gradualmente de la materialidad, del apego de las formas e ir tomando conciencia de su verdadera naturaleza espiritual. Contribuiremos a ese afán colectivo, a ese reto global pendiente, si nos decidimos a regalar nuestras cenizas corporales al viento. Velouriz 23 de Mayo de 2023 www.koldoaldai.org www.portaldorado.com |
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