Si no tomamos conciencia del poder que nos habita para dirigirnos a nuestro destino, estaremos perpetuándonos como mártires y regalando además a otros nuestro propio horizonte. Si siempre son “otros” los que nos conducen, nosotros nunca “seremos”, nos autorrelegaremos; nunca advertiremos el "nosotros" y "nosotras" como artífices y protagonistas del glorioso futuro que nos corresponde alumbrar. Énfasis en los que juntos y juntas podemos construir, más que en lo que "ellos" hacen o dejan de hacer. Nadie dijo que iba a ser fácil, pero no nos rindamos antes de empezar. No insistamos en que son ellos los que “nos conducen”, los que “nos imponen”, los que “nos dominan...”, si no nos permitimos siquiera echarnos a los cielos y ensayar a volar. Artaza 22 de Octubre de 2020 |
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