Quizás el luto severo se podÃa sortear en amigable tertulia. Quizás los “death cafés†estuvieran en nuestro calendario colectivo de creciente emancipación colectiva, de superación de las ataduras mentales pretéritas. En los cafés de la muerte no habÃa ponzoña que nos llevaba al “otro barrioâ€, sino recursos para afianzarnos más honda y vÃvidamente en éste. El “death café†es un grupo organizado de discusión sobre la muerte sin un guión predeterminado ni objetivos concretos. Se pretende hablar libremente de ella mientras se toma un café y un bizcocho. La confidencia y el mutuo respeto son las únicas reglas. Se trataba de un dÃa comenzar a caminar más unidos y unidas tras los grandes interrogantes de la vida y su ocaso. Ese dÃa felizmente está llegando. Por eso tantos cafés en los que se intenta ir a lo profundo de nuestros sentires, se pretende encarar lo vital de nuestra existencia en la tierra, se agita lo que más nos remueve en nuestras entrañas. La sotana debÃa caminar lo justo por los andurriales más horizontales y participativos de la modernidad. Al sacerdote, al gurú, al chamán… le otorgamos un dÃa una autoridad espiritual que más pronto que tarde debÃamos empezar a recuperar. Cedió el tiempo en el que otros ocupaban nuestro soberano lugar, suplantaban nuestro interno ministerio, respondÃan a nuestras preguntas vitales, a nuestros dolores arraigados y ausencias inevitables. La doctrina imperante ya dio de sÃ. Culminó su recorrido en un intento de apaciguar unas almas que hoy reivindican su protagonismo por ejemplo en un cÃrculo abierto, espontáneo y gratuito. Afirma la promotora de “death cafés†y “death doulaâ€, (persona que acompañan a alguien a morir) Ana Vidal Egea que el movimiento se ha expandido a 81 paÃses. En ellos se han celebrado más de 13.675 “death cafés†hasta el momento. En España se han contabilizado ya más de 330 de esas reuniones. Al final del recorrido de las ideologÃas y las religiones, por lo menos como cotos blindados y cerrados, el humano estaba destinado a enfrentarse desnudo a las grandes cuestiones de la existencia. Quizás necesitáramos cuestionar dogmas arraigados, despojarnos de convicciones importadas, desetiquetarnos, desclasificarnos para charlar en primera persona sin prejuicios, a corazón abierto de lo esencial. El movimiento del “death cafés†ha arraigado con fuerza también en nuestra geografÃa. En Gipuzkoa se han contabilizado cerca de 15 el pasado año, con un cómputo histórico total de alrededor de 35. Poco a poco va creciendo además el número de congregados en torno a ese café pausado y diferente. Las asociaciones “zainBIZI†en Orio, “Almaur†en Elgoibar, “Bidegin†en Donosti… son sólo algunas de las que con sumo cuidado “tuestan†y preparan estos singulares cafés. Igualmente, las denominadas “Comunidades Compasivasâ€, destinadas al cuidado y prevención del duelo complicado, han desembarcado con parejo interés en muchas localidades de nuestra geografÃa. La jornada que, apoyada por nuestras instituciones, tendrá lugar el primero de Marzo en el Museo de San Telmo y que lleva por tÃtulo “Cuidándonos al final de la vidaâ€, tienen que ver mucho con el creciente y aludido movimiento. ErrarÃamos si observáramos el movimiento de los “death cafés†sólo como una nueva moda más, como un producto progre pasajero y no viéramos una clara tendencia de futuro, una propensión a tomar más firmemente las riendas de nuestro propio destino. PodÃamos enfrentarnos a lo desconocido con un café en la mano, no exclusivamente con un rosario o un mandala. A veces no era saber más sobre el más allá, sino acercarnos más al otro en el más acá para explorar lo desconocido, lo que nos desborda y a veces angustia. No en vano la comunicación franca y amigable es el primer paso de la anhelada sanación. * Los datos de Gipuzkoa han sido amablemente facilitados por Amaia Gozategi de Zainbizi |
|
|
|