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Ven a unir todos los anhelos...

Festival de Nueva Era en Lisboa  
En nombre de todos los pueblos de la Tierra, unimos nuestros corazones al ritmo del cosmos e invocamos la grandeza de la Fuerza Universal con el apelo viviente de nuestras almas. ¡Oh Señor del Amor y de la Luz, Maestro del saber de todos los tiempos y lugares, ven a unir todas las partes escindidas, todos los anhelos, todos los credos, todas las luces, todas las vidas!...” Una variopinta, pero ordenada multitud, proveniente de diferentes rincones del planeta, bajo un mismo techo de largas gasas violetas, fue desgranando, en sus diferentes idiomas, esta poderosa invocación, con la que se ponía término a una memorable tarde de expansión de luz y unidad espiritual. Era la Fiesta de la Nueva Era que tuvo lugar en Lisboa en el antiguo Convento del Beato, el pasado 21 de Junio; un ritual universal de extrema belleza, gran fuerza y simbología en las afueras de la ciudad de la “Expo 98”.

Lisboa ahí donde semeja aquietada en su balcón sobre el Tajo, de espaldas al mundo, arrinconada en su nostalgia secular, va sin embargo, de forma sigilosa, marcando futuro. Avanza decidida hacia el mañana, no sólo en cuanto a oferta cultural y recreativa se refiere, como hemos constatado con su Exposición Mundial, sino también en la creación de nuevos espacios de encuentro espiritual. Lisboa y más concretamente su Centro Lusitano de Unificación Cultural, va también esbozando una nueva era fraterna, acuariana, planetaria, con la celebración del ritual del plenilunio de Junio o Fiesta de la Nueva Era que anualmente organizan.

Nuevo tiempo, nuevas ceremonias
La revitalización en el mundo occidental de las diferentes tradiciones espirituales del planeta, acerca hasta nuestros días, entre otros contenidos, una rica carga ceremonial. En una sociedad primordialmente laica, estas ceremonias manifiestan por doquier su capacidad de fraternizar a los participantes y de re-vincular a éstos con la realidad trascendente. Sin embargo los tiempos de síntesis y unidad a los que hoy asistimos, demandan también un paso más allá de las fronteras limitadoras de las tradiciones, en pos de una necesaria convergencia espiritual.
El Centro Lusitano ha tenido la clara visión en el diseño de una ceremonia nueva y universal para un tiempo también cambiante y global. Este entusiasta grupo lisboeta nos reunió en el solsticio de verano en un ritual actual pero no frío, neutro pero no distante; un servicio espiritual planteado de tal forma que los asistentes con orígenes religiosos diversos se pudieran sentir en él cómodos, sin caer tampoco en la tentación de un desordenado sincretismo Este Centro, cuya importante labor ha trascendido la frontera lusitana, ha demostrado audacia y originalidad en la planificación de un evento que tanto nos sugiere de las manifestaciones espirituales del futuro. La ceremonia, rebosante de la simbología y significados de las antiguas escuelas esotéricas, tiene el valor de manifestarse de forma abierta, tal como demandan unos tiempos llamados a clausurar los ambientes herméticos, los círculos de “escogidos” del pasado.

Cometido de la ceremonia
El objetivo de la ceremonia es el de testimoniar y simbolizar la participación de la humanidad en el propósito consciente de su elevación espiritual a partir de la evocación de las fuerzas luminosas de los planos superiores y su irradiación sobre el planeta recorriendo las venas de la red de luz. Esta cada vez más tupida red está, consciente o inconscientemente, formada por cuantas personas y grupos desde su propio lugar, con sus propias formas y características, dentro de su propio estilo, trabajan por un planeta más luminoso y fraterno. Como es sabido, el plenilunio de Junio es un momento culminante del año espiritual, desarrollándose una dispensación energética con vistas a la elevación de la tierra en general y de la humanidad en particular, de acuerdo con los principios del amor y de la paz. Este año debido a la celebración de la “Expo 98” nos se pudo celebrar el acto el domingo más próximo al plenilunio, si bien los organizadores eran conscientes que los efectos del servicio se mantenían intactos, siendo éstos además potenciados por la coincidencia con el solsticio.

Intenso trabajo preparatorio
La Fiesta de la Nueva Era es el momento cumbre en el quehacer de este activo Centro Lusitano que no escatima esfuerzos en la difusión de la convocatoria. El Convento del Beato se halla en medio de un entorno abandonado, entre fábricas desmanteladas y junto a un puerto que exhibe su sordidez a lo largo de kilómetros. Nadie podría presuponer en días anteriores, que ese recinto acorralado por anónimos y desvencijados edificios, pudiera en breve, cobijar tan hermoso evento. No en vano más de cien personas trabajaron con entusiasmo en una silenciosa coordinación para que el ritual se desarrollara a la perfección. Fueron dos días y dos noches acondicionando este antiguo centro de espiritualidad y particularmente su claustro, decorando sus muros con telas y flores, instalando sillas y estrados, preparando los elementos sagrados...
A la vista de aquel trajín incansable se intuía que el resultado había de ser trascendente. Sumidos ya en la acogedora y fraterna atmósfera de la ceremonia, en esa fugaz mirada hacia atrás que concedían tan privilegiados momentos, nadie cuestionaba que el gran esfuerzo humano y económico para organizar el ritual, había merecido la pena.
De víspera, en la tarde del sábado se celebraron una serie de actos culturales que fueron preparando el ambiente. Marionetas para los más pequeños, “fados”, cantos corales, gaiteros..., pusieron la nota artística del importante ritual, cuyos detalles se ultimaban en el claustro contiguo. Ya en la tarde del domingo 21 de Junio, mil trescientas personas acudimos al recinto exquisitamente adornado del Convento del Beato. Si bien la mayoría de los asistentes eran portugueses, el acto contó con la participación de treinta españoles procedentes de Andalucía, Madrid y el País Vasco, así como de otros reducidos grupos que venían de Francia, Países Bajos, Alemania e Inglaterra. Hubo también quienes no escatimaron esfuerzos y tomaron el avión desde Argentina, Brasil, Canadá, Angola o Nueva Zelanda para vivir tres intensas horas en medio de ese gran claustro engalanado.

Entrada de los estandartes
Tras haber asistido a una meditación previa y preparatoria en una amplia dependencia del convento, pasamos a recoger los tres elementos que gentilmente se nos ofrecían para el desarrollo del ritual: una rosa, una vela y un pequeño estandarte. La rosa que depositaríamos después en una enorme copa, simbolizaba la consagración al ideal divino sobre la Tierra. La vela representaba el compromiso de hacer la luz a nuestro alrededor. Los estandartes podían ser de siete colores, cada uno de ellos encarnando un rayo o cualidad divina. Cada quien lo agitaría llegado el momento de fijar la atención sobre su virtud correspondiente.
Armados pues de rosa, vela y estandarte fuimos pasando al claustro con la reverente actitud que imponía tan esmerada decoración y tomando asiento, deslumbrados por el alarde estético que nos rodeaba, en nuestros respectivos lugares. Los participantes estábamos distribuídos en cuatro triángulos que se inscribían en el área cuadrangular del recinto, formando en su conjunto una cruz estilizada. La ceremonia tenía un carácter abierto, requiriéndose exclusivamente a los asistentes un sentimiento de inclinación hacia el mundo espiritual y una aportación económica para ayudar a sufragar mayormente el gasto de alquiler del lugar.
El trabajo que se desarrolló estuvo dividido en cinco partes. La primera de ellas consistió en la entrada de los estandartes de los siete colores, o siete cualidades radiantes que constituyen la fuente de todas las virtudes y talentos que podemos desenvolver y manifestar. Siete hombres y mujeres portaban con majestuosidad estos estandartes en los que la materia asumía y exteriorizaba cada una de esos atributos divinos glorificándolos. Los asistentes levantaban y agitaban su estandarte de tamaño más reducido al paso del gran estandarte del color que les correspondía. La entrada de cada uno de estos heraldos iba acompañado por una música que expresaba también su cualidad. Los estandartes grandes fueron llevados al estrado principal por el siguiente orden: rayo azul (voluntad), rayo rosa (actividad), rayo blanco (armonía), rayo verde (verdad), rayo rojo rubí (idealismo), rayo violeta (libertad) y por fin el rayo sintético de nuestro sistema solar, el rayo dorado (amor-sabiduría).

Visualización
Seguidamente se pasó a la fase de visualización. En la primera se trataba de dibujar en la mente de cada cual un manto de luz violeta que cubría la Tierra y en la que surgían muchos puntos luminosos dorados que representaban a individuos y grupos consagrados a la espiritualidad y el servicio. Seguidamente se visualizaba una nueva luz que circulaba a través de todos esos focos luminosos, elevando así la conciencia en todos los rincones de la Tierra.
En la segunda parte se daba vida en la mente a un majestuoso Espíritu de Paz de quien emanaba una luz rosa que envolvía a la tierra. En ella, y tal como iban pautando desde el micrófono, se hacía por fin realidad el sueño de una nueva humanidad regida por valores más elevados.
En la tercera parte se visualizaba también a la tierra, pero en esa ocasión envuelta en un espacio azul claro. Según iba relatando el ceremoniante, los asistentes imaginaban un relámpago que rasgaba todo el horizonte y destruía la iniquidad, abriendo canales para la expresión de las fuerzas superiores. Seguidamente una lluvia de estrellas brillantes iluminaba y clarificaba aún más la atmósfera mental, emocional y física del planeta.
Por último y tras pronunciar la invocación universal se procedió a visualizar la tierra envuelta en una llama rosa-violeta bajo un cielo azul. En esa atmósfera surgía un Sol dorado simbolizando al Cristo y esparciendo sus rayos de luz sobre la tierra. Se nos invitaba a imaginar que esa energía de amor-sabiduría venía a anclarse en incontables seres humanos. Este Sol cubría completamente la tierra fundiéndose con ella y resultando una fulgurante luminosidad que todo lo llenaba.

Ritual de circulación de Luz
“Qué el apelo de la humanidad resuene en las esferas superiores; qué el Rayo ígneo de la Voluntad Divina rasgue el Camino para la manifestación del amor; que la Luz del Cristo descienda sobre nosotros”. Con la espada sagrada en la mano, el representante del Centro Lusitano pronunció esta esperanzada invocación, al tiempo que se encendían tres grandes velas que simbolizaban la tríada sagrada: Padre, Hijo y Espíritu Santo, según la tradición cristiana. Seguidamente irguieron las velas a lo alto, formando las aristas de una pirámide triangular cuyo vértice superior reunía las tres llamas unidas en una sola. En ese momento se pronunció al unísono la fórmula mántrica: “Que la Luz descienda sobre la Tierra. Que el Plan se cumpla”.
A continuación se encendieron en los cuatro lados del claustro antorchas que simbolizaban el cuaternario inferior, completándose así los siete principios (macrocósmicos o microcósmicos). La gran vela dorada que representaba al Cristo avanzó hasta el centro de la sala y encendió la primera vela de los participantes. Este fuego fue contagiándose en todas las velas, a la vez que cada uno de los participantes al inclinar su pequeño cirio pronunciaba un emocionado “Hágase la Luz”.
Con toda la sala cálidamente iluminada por un mar de pequeñas llamas, llegó uno de los momentos culminantes de la ceremonia al sonar por los potentes altavoces instalados en las arcadas, la conocida música “Jerusalén”. Los participantes elevaron sus velas encendidas a lo alto, al tiempo que los tres portadores de los velones del medio se encontraron con los que procedían de las esquinas de la sala.

Ritual de la Consagración al Servicio
En el centro de la sala había colocada una Copa con agua, simbolizando el Agua de a Vida. Tras el pronunciamiento de un “mantram” de consagración del elemental líquido, cada uno de los presentes avanzó hasta el centro y colocó en señal de ofrenda una rosa blanca en la copa. Este sencillo pero devoto ritual, tenía la significación de la unión con la energía divina y de donación al servicio de toda la humanidad. Al finalizar este ritual dos representantes del centro levantaron la copa a la vez que se pronunciaba el “mantram” de la entrega.
Por último, tras un momento de silencio, todos los participantes se unieron en la recitación de la ya mencionada invocación universal y realizaron un apelo silencioso para hacer descender sobre cada quien y sobre el mundo entero las energías del amor.

Crónica incompleta
Cuando los acontecimientos que el cronista pretende compartir, pertenecen al dominio físico, éste desenfunda su libro de notas, afina su memoria y se sumerge en el grato oficio del relato. Cuando los acontecimientos pertenecen al dominio del alma, ésta se torna a menudo celosa de sus recuerdos y el cronista anda mendigándole retazos de esos supremos instantes que es preciso dar también a conocer al mundo.
Sucede sin embargo que el alma recela de las palabras, duda que sean buenas recaderas y puedan cargar a sus espaldas la maravilla de lo vivido. Entonces el cronista se conforma con los retazos que su mente mendiga al archivo fiel e intacto del alma y con estos despojos se entrega al siempre frustrado desafío de comunicar lo vivido.
Este es pues el relato de algo de lo que aconteció la tarde del 21 de Junio en el convento del Beato de Lisboa. Intuirá el lector que ocurrió más que lo que estas líneas se han esforzado en expresar. ¡Aletee pues la imaginación a partir del esbozo siempre incompleto de instantes inaprensibles! Las palabras cumplieron ya con su limitado cometido.


Centro Lusitano de Unificación Cultural

Es una organización universalista, filantrópica y sin fines lucrativos fundada en Portugal en el año 1988 con sede en Lisboa y delegaciones en dieciocho países, cuya misión consiste esencialmente en recibir y difundir por los pueblos de la tierra, las más recientes enseñanzas de la nueva era.
El CLUC actúa principalmente a través de la edición de una obra literaria, que en la mayoría de sus títulos es inspirada superiormente. Esta obra cuenta ya con veinticuatro publicaciones en portugués, estando once de esos volúmenes editados en castellano, seis en francés y seis en inglés. Los libros difunden los principios de la sabiduría esotérica, pero en un lenguaje adecuado a nuestros tiempos y capaz de dar una respuesta a las grandes cuestiones que afronta la humanidad. A través de ellos se ofrece un cúmulo de enseñanzas y de fórmulas inspirativas de sublime belleza y trascendencia, que constituyen un verdadero llamamiento al amor y al trabajo grupal en favor de la evolución espiritual de la humanidad.
El CLUC lejos de pretender alentar un movimiento de tipo sectario, reconoce la libertad de pensamiento de cuantos participan en sus actividades y trabaja por la unificación de todas las religiones, tradiciones, corrientes filosóficas y espirituales... Consideran que vivimos un tiempo propicio para la renovación de los sistemas y valores éticos y sociales, una ocasión especial para manifestar esos principios superiores en las más diversas áreas del conocimiento y la actividad humana. Además de la organización anual en Junio, de la Fiesta de la Nueva Era, el Centro lisboeta está prestando en estos momentos especial atención a la preparación de la “Semana del Perdón” que tendrá lugar los últimos días del próximo año.
Esta es la dirección de su sede principal: Travessa das Aguas Livres 6- 1º dcha 1250 Lisboa. Teléfono: 35113872008. En España se puede contactar con ellos escribiendo al apartado 36 2994- 28080 Madrid.

Koldo
www.portaldorado.com


Información de la presente ediciónAsunto: Ritual del Plenilunio de Junio
Lisboa, 26 de Abril de 2002



Estimados Amigos y Hermanos:


El Centro Lusitano de Unificación Cultural realizará el próximo día 2 de Junio (Domingo), en Lisboa, en la Sala Tejo del Pabellón Atlántico, a partir de las 16h, una ceremonia ritualística y un trabajo de irradiación espiritual, en el ámbito de la Luna Llena de Junio (Fiesta de la Nueva Era, de la Buena Voluntad o de la Circulación de la Luz). La participación está abierta a todas las personas que se sientan afines con el espiritualismo y, además de eso, en lo esencial, con las tónicas propugnadas por el Centro, en una actitud no sectaria.

En el plenilunio de Junio se da la gran culminación del año espiritual, verificándose todo un trabajo de dispensación energética de la Jerarquía Oculta del Planeta (y de todos los discípulos y aspirantes conscientes) en vistas a la elevación de la Tierra en general y de la Humanidad en particular, de acuerdo con los principios de Amor, de Paz, de Fraternidad y de Manifestación de Luz, así como de Síntesis de las tradiciones oriental y occidental.

El referido Ritual tendrá, pues, como objetivo testimoniar y simbolizar (representativamente) la participación de la Humanidad en el propósito consciente de su elevación espiritual, a partir de la evocación de las fuerzas luminosas de los Planos superiores y su irradiación sobre todo el planeta.

Tal como ya aconteció en otras ocasiones, no nos es posible seguir este año el habitual criterio de realizar este Ceremonial en el Domingo más próximo del plenilunio de Junio, ya que en la fecha deseada el local elegido no estaba disponible (a pesar de tal asunto haber sido tratado con un año de antelación). Entre tanto, sabemos que los efectos de este Servicio se mantienen intactos: su luminosa energía es superiormente canalizada, con la contribución humana que en conjunto aportamos, para los objetivos propuestos.

Nos gustaría reiterar la excepcional importancia que revestirá este Trabajo impar. Es siempre un evento mundial único; no obstante, a los nuevos y maravillosos elementos introducidos en el Ceremonial del 2001, se añadirán este año todavía otros de profundo e inspirador significado.

Representará, por tanto, una vivencia de una fraternidad, belleza y comunión espiritual maravillosas, constituyendo un gran servicio para el mundo a través de la conjunción de los mejores pensamientos de tantas personas unidas por ideales elevados. Se

generará una poderosísima corriente vibratoria, en la cual podemos y debemos participar con la mayor consciencia posible. Debe realzarse además la oportunidad de poder estar reunidos cerca de dos millares de hermanos (no sólo de Portugal, como venidos de otros muchos países europeos y americanos) en actitud de armonía, comunión y fraternidad.

A todos aquellos que nos manifiesten su interés en integrar este Trabajo, les enviaremos con tiempo, si lo solicitan, su descripción pormenorizada; en caso contrario, lo haremos en el propio día y en el propio local donde se efectuará.

Aprovechamos para recordar que salió un pequeño Libro (en portugués) – justamente con el título “O Ritual de Circulação de Luz” –, donde se evidencia y explica como aquello que existe en esta Ceremonia no es una simple estética formal. Cualquiera de los elementos allí presentes no existe solamente porque es “bonito”; todos ellos son modos de expresión (alusivos a) de etapas Cosmogónicas (o sea, la creación y evolución de los mundos), de grandes realidades psicológicas, de paradigmas de progreso individual y colectivo. Cada paso es representativo de una Coordenada del Grande Todo Universal o del Hombre como Ser Integral, holístico. Todo el simbolismo es revelador de una vasta y profunda Ciencia Espiritual, que subyace a toda la Ceremonia – mismo donde ésta implica conmoción y deslumbramiento.

Tal como sucedió el año pasado, también este año habrá billete de entrada (inscripción y pagamiento) cuyo precio por persona es de 11 euros o 9 dólares americanos. Pedimos por favor y si fuera posible que nos den, al hacer la inscripción, la indicación completa de los nombres y direcciones de los participantes, para poder enviar los comprobantes a tiempo, si fuese el caso.

La dirección, los teléfonos y los fax del Centro son:

Travessa das Águas Livres, 6 –1º Dto.
1250-003 Lisboa
Portugal

Rua Pascoal de Melo, nº 4 – 1º
1170-294 Lisboa
Portugal

Teléfonos: 351 21 387 2008 / 351 21 812 8597
Fax : 351 21 387 5808 / 351 21 812 8596
e-mail : cluc@mail.telepac.pt
Otras informaciones pueden ser conseguidas a través de internet:
http://www.centrolusitano.org

Nos gustaría aclarar que las contribuciones arriba referidas se destinan a cubrir parte de los gastos provenientes del alquiler de las instalaciones del Pabellón por 2,5 días (periodo necesario para el trabajo de preparación del local y posterior desmontaje), la adquisición y/o alquiler de todos los elementos que embellecen el Ritual y su envolvencia (incluyendo la sonorización, la iluminación, la decoración y estandartes, velas, y rosas para todos los participantes), el transporte de materiales, envío de correspondencia para muchos países, etc., etc.. El CLUC no pretende, de manera ninguna, tener lucro con este evento, ya que se trata de un Servicio, pero le gustaría que los perjuicios no fueran muy elevados. De cualquier manera nadie quedará excluido si por razones económicas fuera. En este caso, por favor contáctenos.

Por otro lado, recordamos que necesitamos saber, con la debida antelación, la cantidad exacta de algunos pertrechos a adquirir o confeccionar para el Ritual y que serán distribuidos por todos (rosas, velas, estandartes, etc.). Así, cuanto más pronto los hermanos interesados confirmen su presencia, más a tiempo podremos prever el número de intervinientes y respectiva cantidad de elementos necesarios, lo que nos facilitaría mucho la tarea (evitando también la sobrecarga de los últimos días).

El Pabellón Atlántico (ex–Pabellón de la Utopía) está situado en el Parque de las Naciones (o sea, en el recinto donde se celebró la Expo-98), mismo enfrente de la Estación de Oriente. Además de los diversos parques de estacionamiento alrededor, el acceso es fácil por autobuses urbanos y por el Metro (estación “Oriente”). El acceso a la Sala Tejo no se hará por la parte delantera y sí por el lado izquierdo, esto es, enfrente de la FIL y cerca del río.

El Ritual y la Concentración terminarán alrededor de las 19h. Habrá algunas personas destacadas para cuidar de los niños durante la Ceremonia, si los padres así lo quisieran o necesitaran.

Se recomienda enfáticamente que, no sólo en el propio día, como también, en los inmediatamente anteriores, haya la necesaria preparación interna que ayude a una mejor y más profunda participación en este Servicio. También se recuerda la conveniencia de una alimentación frugal, en particular en ese día 2 de Junio, así como el uso de ropa, preferentemente, de tonos claros.

Aprovechamos, además, para informar que todos los 33 libros editados por el Centro en lengua portuguesa y aquellos que ya están traducidos a diferentes lenguas (entre ellos, 14 en lengua española), así como otros materiales (revista “Biosofía”, postales, Boletines de Educación, cassettes...) estarán disponibles y a la venta a partir de las 11h del Domingo.

Presentamos a todos nuestros fraternales saludos.

 
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