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Capilla del Monte

Capilla del Monte se ha convertido en la ciudad emblema de una nueva y fraterna civilización, la arcadia que ensayan muchos espiritualitas y soñadores argentinos al norte de la provincia de Córdoba. La fe y la fuerza vendrían de otra poderosa urbe que irradiaría bajo sus pies: la legendaria ciudad de Erks. El centro de luz intraterreno habría aguardado 20.000 años para revelarse ahora en todo su esplendor.

Desembarqué en Capilla al rayar el día, tras una larga noche de viaje en autobús desde Buenos Aires. El sopor del viaje, la falta de descanso y el encanto del bello, provinciano y relajado entorno conformaban en mi interior una sensación de puro ensueño. En el andén me aguardaban ya los amigos que me acompañarían durante cinco días inolvidables.“Uno no es el mismo una vez que pasa por Capilla” me repetían mis anfitriones lugareños. Caminábamos por las calles sin asfalto y en la limpia mañana flotaban ya las sorpresas que depararían la estancia en ese enclave único.

Capilla es el cruce de sueños y profecías, de anhelos y misterios. Situada en el Valle de la Punilla, es una pequeña villa turística ubicada a 110 kms. de Córdoba, la Capital provincial y a 819 kms. de la Ciudad de Buenos Aires. Se encuentra a 980 ms. de altura y está situada al pie del cerro más alto de las sierras Chicas, el Uritorco, que junto con Los Terrones, Las Gemelas y el Pajarillo, fueron las montañas sagradas de los antiguos indios comechingones y hoy son lugares mágicos que vale la pena descubrir. La particular disposición de las montañas genera un microclima seco, siendo uno de los lugares con mayor número de días soleados del país.

En Capilla el ensayo de un futuro mágico va ganando terreno a la realidad. Las luces ya no se pasean sólo por los cielos, las luces encarnan ya en esa tierra prometida, en forma de una atmósfera más solidaria, en forma de proyectos, comunidades y empresas alternativas. La Nueva Tierra va echando cimientos en el Valle de Punilla, en esta localidad a la que llegaron los españoles a finales del siglo XVI y que adoptó un diseño urbano a comienzos del XIX. Capilla y sus alrededores es hoy tierra de promisión con todos los ingredientes apetecibles a los hijos del misterio y de la esperanza: puertas dimensionales, “griales” escondidos, ciudad intraterrena, luces de naves…

Caminamos en busca del “remise”, el taxi barato tan en boga en la Argentina en crisis, y mi guía y anfitriona, la reputada astróloga Ana María Fralliciardi, me va poniendo al día en cuanto a la historia mistérica del lugar. Es difícil encontrar entre sus habitantes alguien que no haya contemplado las enigmáticas luces que asaltan los cielos. Allí el fenómeno ovni es el pan de cada día y nadie es tachado de chiflado por abordar abiertamente el tema. Lo paranormal es normal en esta villa cordobesa en la que a nadie asustan las archiconocidas luminarias nocturnas.

Grial bajo el cerro sagrado

Una vez instalado en su apacible hogar de Ana María, me proporciona abundante literatura y me comparte las mil y un historias sobre Erks, el Uritorco, me describe los parajes extraordinarios de Ongamira, Los Terrones…

Alguna relación con las profusas luces debía de tener la leyenda del Santo Grial. En el siglo XII, el Caballero Parsifal habríallevado a este lugar el Santo Grial y la Cruz de los caballeros templarios. Los habría dejado junto a un Bastón de Mando en las cercanías del Cerro del Uritorco, la montaña sagrada que preside el enclave, con objeto oculto de facilitar la evolución humana.

El popular astrólogo y esoterista español Licerio Moreno corrobora que el Grial está bajo tierra y en Sudamérica, puesto que según manifestaron en su día sus custodios, “este continente está destinado a albergar la vida para la futura humanidad”. Da también las pistas de la región y auspicia un prometedor futuro cuando afirma en su libro “De ovnis y el Grial”: “Será allí, entre las selvas amazónicas y en las pampas argentinas fértiles y no preñadas por el arado del hombre, donde se renovará el pacto del Grial”. Seguramente no por casualidad tanto el Uritorco, como Montserrat fueron visitados por alemanes en la época del nazismo. De conocimiento público es la búsqueda de la sagrada copa emprendida por el régimen de Hitler.

El Grial viene asociado a una ciudad intraterrena de carácter futurista, supuestamente situada bajo el cerro. Esta urbe subterránea, muy evolucionada, habría sido construida con tecnológicas avanzadas y atiende al nombre de Erks. Allí habitarían seres espiritualmente muy desarrollados, que algunos investigadores relacionan con los antiguos esenios. Ana María me comparte que una de las descripciones manejadas en los alrededores de estos habitantes es que son bajitos, con ojos alentejados y de color rojo y que acostumbran a mirar con una sonrisa en sus labios.

A la montaña sagrada del Uritorco se le atribuye una energía extraordinaria. A este cerro que se erige a la vera de Capilla, le rodea un halo de magia y misterio. Multitud de ufólogos y esoteristas se acercan diariamente a sus faldas, unos para dejar sentir sus energía, otros en busca de las naves y las señales nocturnas, otros tras la vibración de la ciudad intraterrena. Además de los especialistas, cientos de personas se lanzan en el verano argentino hacia su cumbre.

Triguerinho es el que más profusamente ha escrito sobre este misterioso centro intraterreno de luz. Para el escritor brasileño, Erks es la sede del conocimiento inciático y del despertar de la nueva espiritualidad, amén de una de las principales bases de operaciones destinadas al supuesto rescate de la humanidad. Entre sus habitantes habría remanentes de la civilización Atlante, de la Lemuria y de la comunidad esenia. También estarían allí los seres que durante los últimos veinte mil años se “autoconvocaron para servir al Plan Evolutivo”. En la ciudad intraterrena, y siempre según el popular guía espiritual, también habitarían los “Shikhuma”, que en el idioma cósmico o “irdin” significa remanentes, iniciados de la Hermandad Blanca. Todos se habrían reunido para el despertar de Erks y para su colaboración en este ciclo de mutación del planeta Tierra.

Luces en la noche

Las señales luminosas se hicieron patentes. Los ojos de quien redacta estas líneas fueron testigos de una gran profusión de las mismas, ya en la primera excursión de avistamiento. Bastaba un poco de paciencia para verlas emerger. Si embargo una cosa es contemplar la aparición y el paso de las luces en lo alto de los cerros y otra el establecer relación mental con ellas, como cada vez más capillenses afirman haber logrado.

Para la excursión nocturna contábamos con una guía excepcional del lugar, Lina, que según afirmó había sido preparada internamente para este trabajo de contacto con las naves. Establecer este intercambio de conocimiento con los hermanos del cosmos, implicaba una previa preparación, estar en posesión de una sabiduría especial y haberse iniciado en determinados “ritos cósmicos”.

Era ya la noche cerrada cuando remontamos buena parte del cerro de las Gemelas que se encuentra apostado frente al Uritorco. Una vez llegamos a la explanada denominada el “Playón”, que constituye una auténtica terraza sobre el valle, comenzamos un trabajo de contacto con las naves.

El frío es intenso en la noches otoñales de Capilla. A Dios gracias las luces no se demoraron. Lina comenzó su ritual cósmico con una salutación, a la cual siguieron oraciones, canciones y “mantrams”. El idioma de estos últimos era ininteligible. Al preguntarle al término de la práctica por esas curiosas invocaciones, nos dijo que correspondían también al idioma cósmico “irdin” y que ella había recibido internamente esas sílabas sagradas que sirven de conexión.

El escritor Guillermo A. Terrera suscribe la teoría de que las invocaciones de presencias sagradas parecen están reservadas a los seres humanos que han adquirido un “intelecto cósmico” y conocen los “mantrams” de identificación, acercamiento y comunicacion. Para el autor del "El Valle de los Espíritus” a través de los “mantrams”, los sacerdotes de estos rituales son los únicos capaces de conocer a sus hermanos cósmicos y establecer relación con ellos: “De acuerdo con las antiguas revelaciones, las naves cósmicas que se desplazan por esos parajes del territorio argentino, llevan entidades inteligentes. Su sacerdote mayor es conocido como Witaicon y viaja en la nave de mayor luminosidad de las que se elevan entre el Uritorco y el Pajarito”.

Tal como me comparte mi cicerone, Ana María, los moradores de la Ciudad de Erks saldrían hacia el espacio a través de sus pasadizos secretos y entrarían también a través de los mismos de vuelta de sus misiones espirituales. Este importante centro intraterreno conformaría junto con Aurora (Uruguay) y Miz Tli Tlan (Andes peruanos) una triangulación energética, denominada “Centro Mayores”, que habría sido recientemente activada con la finalidad de ayudar en la evolución planetaria. La aparición de naves tendría por objeto la expansión de la conciencia de quien contempla el fenómeno y la apertura en ellos de canales sutiles.

Radiante ciudad intraterrena

Cuando hubo terminado sus ejercicios, nuestro “contacto cósmico” comenzó dirigirse a diferentes puntos del inmenso cielo y a clamar una y otra vez “gracias”, dando así agradecimiento por los avistamientos que supuestamente en ese instante se estaban dando en diferentes puntos del cielo. Personalmente pude ver unas luces que hacían un movimiento de desplazamiento vertical de arriba abajo, entre el cerro del Uritorco y las Gemelas. Otra luz, situada justo sobre el cerro de las Gemelas, mutaba en colores y tenía un movimiento mucho más limitado, desplazándose en un pequeño radio en torno suyo. Según nos compartió Lina se trataba esta última de una nave laboratorio.

En esos momentos de puro asombro, con mis ojos clavados en esas juguetonas luminarias, me venían a la mente las palabras que Triguierinho recoge de los habitantes intraterrenos. “Si, allí, allí es donde estaremos esperándote…”. No podía por menos preguntarme si a la vista de tan evidente fenómeno de presencia intra-extraterrena no estamos en condiciones de afirmar la llegada de un nuevo tiempo de unión de civilizaciones hasta ahora insospechado.

Miraba esas caprichosas bolas de luz que atraían nuestro asombro, mientras que las palabras del guía brasileño continuaban resonando en mi interior: “Es Erks el lugar donde nos reencontramos con nuestra familia cósmica, donde el despertar es una realidad, donde la palabra casa toma un nuevo significado, donde la luz fluye hacia toda la humanidad…”.

Según el también escritor Ariel Pró Rigoni, la misteriosa ciudad de Erks tiene como finalidad una apertura de conciencia: “Las energías del cerro despiertan un tipo de emoción superior en las personas que en él transitan, llevándolas a tener sueños y sentimientos tan profundos que hasta lágrimas de sus ojos pueden brotar. Se trata de un lugar que no se puede olvidar fácilmente cuando se ha conocido”.

Abundan en Internet las comunicaciones que emanarían desde la ciudad radiante. Entre los muchos textos que me facilitó mi amiga Ana María, entresaco estas palabras de un ser que atiende al nombre de Suatumana y que con su mensaje pretende desafiar el escepticismo humano “No seáis sordos a nuestros llamados, abrid la mente y el corazón a nuestros cantos y “mantrams de loor”. Existe Erks, ciudad celestial, como un gran regalo y manifestación de la Divinidad, para que vosotros mortales desconfiados y recelosos podáis comprobar cómo desde aquí sois regalados, con potentes energías de Luz. No es el único lugar iniciático del planeta existen muchos, pero es desde aquí donde se os despierta el chakra del corazón, dador de vida”.

Transfusión energética

En cuanto retorné a Buenos Aires, contacté con Verónica Rodríguez, una guía espiritual especializada en Erks y en ciudades intraterrenas que viene desarrollando desde hace unos años un trabajo denominado de “activación de puertas dimensionales”. Su labor se ha centrado en la celebre gruta de Ongamira, una gran cavidad que el viento ha ido horadando en la roca de arenisca. Esta cueva que evocara el cantor Atahualpa Yupanqui y que se encuentra a 14 kms. de Capilla, no lejos del Uritorco, se ha convertido en escenario por excelencia de ceremonias de “nueva era”.

Verónica me participó que la cordillera de los Andes hasta la cordillera de las montañas Rocosas constituye un gran “eje de luz”. En estos momentos, muy diversos grupos espirituales estarían cumpliendo una intensa labor de apertura de los centros de luz más importantes de América a lo largo de este eje, a la sazón Erks, el lago Titicaca, Teotihuacan y el Monte Shasta. Este trabajo espiritual se estaría desarrollando en unión con la Jerarquía espiritual del planeta, los indio nativos y los hermanos mayores de los mundos intra y extraterrenos.

Según alude buena parte de la literartura de "channelling" (canalizada) que actualmente circula por Internet, la red etérica de la Tierra está compuesta de unos vórtices o puntos altamente magnéticos, que serían los responsables del mantenimiento del flujo de energía entre el cosmos y nuestro planeta. En estos lugares se desarrolla una gran actividad espiritual y expresan una vibración muy elevada y diferente a la del resto del planeta.

En estos momentos el universo estaría intensificando el lanzamiento de "dardos de Luz" hacia esos puntos en una macrooperación de "acupuntura cósmica". Al abrirse canales para la circulación de una mayor energía y vibración, se posibilitaría el eventual salto dimensional de la tierra y de todos los que se mantengan a su ritmo.

Según Verónica la realización de rituales y ceremonias en esos puntos neurálgicos, posibilita nuestra participación en la aceleración de esa "acupuntura cósmica" o apertura de las "puertas dimensionales" que hasta el presente han permanecido cerradas o selladas. La revitalización de esta red etérica del planeta desencadenaría el despertar de la conciencia humana. Los puntos nodales de la red "coincidirían" con los centros sagrados, lugares de poder, según el léxico chamánico.

Numerosas personas habrían sido empujadas internamente hacia esos lugares, necesitados de revitalización y a través de ellas, efectuado la transferencia energética. Estas "puertas estelares", representarían también lugares de entrada y salida de supuestas naves espaciales. Estos vehículos interdimensionales necesitarían sus "aeropuertos" para poder descender de niveles superiores. De ahí viene la nombrada "coincidencia" en la ubicación de portales y lugares de abundantes avistamientos.

Verónica me facilitó algunos de los “mantrams” que son utilizados en el trabajo que vienen desarrollando, así como su permiso para la difusión. Estas sílabas sagradas son emitidas en el mencionado idioma cósmico “irdin”. Concretamente para conectarse con los maestros de Erks, como acto de presentación y de saludo hacia ellos, utilizan los sonidos: “SOM ARMA. O SOM ARMA” y “DOME IPTINIDRO” (16 veces). Para entrar en frecuencia vibratoria con los Sacerdotes de Erks: “UAMPAIPAITU” ( 7 veces) y “SUABAN SUABAN SU” ( 7 veces). Por último me compartió un “mantram” que es utilizado “para honrar al Padre”. Según Verónica este “mantram” se repite constantemente en toda la ciudad de Erks y reza así “UAMANAICA SHIMINICA.”

Los moradores de Erks estarían colaborando activamente en este momento de tanta importancia evolutiva para la humanidad. Nuestra tarea no consistiría sólo en conectarnos y comunicarnos para recibir energías, sino en vivenciar esa auténtica unidad entre los seres de unos y otros mundos. Vero nos aporta al respecto una confesión de los propios “erksianos”: “En los planos a los que tenéis acceso vosotros sois nuestras antorchas, nuestra fuerza manifestada en el plano tridimensional”.

Con una suerte de convicción que no deja mucho lugar a duda, esta joven y bella mujer argentina nos comparte que los Ancianos de Erks están colocando en los humanos códigos de activación de amor incondicional: “Si nos aquietamos en paz y hacemos un esfuerzo de elevación espiritual, estos hermanos puedan hacer pasar toda su energía y todo su amor a través nuestro”.

Nueva geografía humana

Pero además de la geografía intraterrena de Capilla, además de sus misteriosas luces nocturnas, que me privaron de buena parte del sueño durante mi estancia en Capilla, me sentí también atraído por la exuberante geografía humana del lugar. Deseaba explorar la vida de las diversas tribus alternativas y acuarianas aposentadas en ese valle tan enigmático.¿Qué tiene ese rincón que concita a tantos artistas, aventureros, místicos, metafísicos, alternativos y soñadores de los más diversos colores? ¿Cómo había obrado en la superficie la irradiación interna de Erks?

Corrí Uritorco arriba, remonté místicos cerros, me paseé por las majestuosas piedras de arenisca de los Terrones, me refugié y recogí en el regazo inmenso de la cueva de Ongamira…, pero una vez cumplido con el obligado itinerario esotérico, quise catar también aquel trozo de humanidad, tratar con las gentes que habían reproducido en la superficie la luz de ese cielo bajo tierra.

Por eso, una vez aparcados el mareado péndulo y la mochila montañera, llamé a la puerta de diferentes hogares y comunidades interrogando por la dicha de vivir en el lugar, deseando conocer los proyectos que en unos y otros gestaban

En realidad no tenía que ir muy lejos. Buen ejemplo de ese espíritu valiente y emprendedor que caracteriza a los nuevos habitantes de Capilla, lo representaba mi propia anfitriona. Ana María dejó Buenos Aires y se trajo a toda su familia a vivir en un cerro desde el cuál domina el pueblo y el lago situado a su vera. De vez en cuando salta a la gran ciudad, da cursos, hace algunas cartas astrales y vuelve a Capilla. Esta es la nueva tierra que quiere para ella, su marido y sus dos hijas. No desean hablar y proclamar un nuevo mundo, aspiran a encarnarlo ya aquí y ahora.

Ella es coordinadora de la Red Argentina de Luz en su nodo de la provincia de Córdoba. Esta Red agrupa a artesanos de la luz y de la paz que desde su diversidad se han unido en un mismo afán de servicio a su comunidad y a la humanidad en general. Al igual que Ana María mucha gente de Capilla, hizo sus maletas en la megaurbe porteña y enfiló hacia este especial enclave norteño.

El pueblo ha crecido vertiginosamente. Se calcula que alrededor de 800 familias llegaron a Capilla en los dos últimos años. Ahora cuenta con 8.000 habitantes, pero este número aumenta sensiblemente si se toma en cuenta a la gente que vive diseminada en los barrios de los alrededores. Probablemente en ninguna calle del mundo haya más librerías y bazares esotéricos como en la arteria principal de Capilla. Bajo esta calle techada se reúnen los alternativos y acuarianos de las más variadas ramas que bajan al pueblo a hacer sus recados. Según me relató la gente con la que departí, este flujo masivo de gente consciente y despierta tendría mucho que ver con las activación de las ciudad intraterrena de Erks que se aguardaba, según los expertos, desde hace 20.000 años.

Durante los días que estuve en Capilla pude charlar con multitud de personas que habían iniciado una nueva vida en ese entorno. La apuesta es en verdad valiente, pues las posibilidades de ganarse la vida en esta zona muy rural de la provincia de Córdoba disminuyen sensiblemente. Se trata de desafíos vitales de individuos que dejan cómodos trabajos y emprenden una nueva vida más en contacto con la naturaleza, con la energía grupal y la espiritualidad del lugar. Abandonan una actividad segura, dentro de la gran inseguridad reinante en Argentina y se lanzan a la aventura de generar ingresos de una forma menos convencional. Capilla se ha convertido en una Meca donde se gesta a pequeña escala ese “otro mundo posible”, pues la mayoría de la gente que desembarca en el pueblo están convencidos que pueden poco a poco hacer realidad ese mundo más bello, justo y fraterno.

Alterné con gente pionera, me contagié de su utopía. Visité la Misión "Inti Huasi" que lidera Oscar Acoglanis en el Barrio de Santa Isabel a 8 kms. de Capilla. Se trata de un centro de servicio social y espiritual. Dentro de su recinto se respira un ambiente de gran recogimiento interno e intenso compromiso para con los demás. La Misión realiza también una labor difusora a través de un boletín y diversas publicaciones. Oscar recluta “manos con olvido sobre sí mismos” y desarrolla con su gente un importante trabajo social con los desfavorecidos , a la vez que espiritual “en consonancia con las energías inteligentes que moran en este valle”. Visité también el barrio de las blancas cúpulas, donde todas las casa son abovedadas. Están construidas de acuerdo a nuevas pautas arquitectónicas. Funcionan como receptoras de energía cósmica y ello se deja sentir en su interior. Tratan de evitar la línea recta y las aristas.

Sus formas redondas, posibilitan según sus moradores un mayor circulamiento de la energía. Se multiplican los microproyectos de todo orden. La economía alternativa en sus formas de trueque e intercambio de servicio está a la orden del día. El pueblo cuenta incluso con unos bonos de dinero propios que sirven exclusivamente dentro del ámbito local. El sistema de redes, como alternativa a las estructuras cerradas y piramidales, se deja sentir en diferentes aspectos de la vida. A nivel espiritual funciona muy activo el mencionado nodo de Córdoba de la Red Argentina de Luz y muchos de sus miembros, mi amiga Ana María de por medio, trabajan como precursores de una nueva humanidad, en los más diversos campos.

Desde Capilla, también sirven a personas del resto de la Argentina y de otras naciones, decenas de grupos evolutivos que se han establecido allí, atraídos por la magia del lugar, creando una comunidad espiritual de gran diversidad y en constante crecimiento. Para estar a tono con los tiempos que corren, desde allí también se alimenta al “campus virtual” de la UMCIT - Uni-diversidad Mundial del Conocimiento Interno y la Transformación - (www.umcit.net), cuyos contenidos son bien apreciados en muchos círculos de formación espiritual latinos.

En verdad que operó la magia del lugar. Uno no sabe que es lo que en realidad obró como fuerza transmutadora, si fueron las misteriosas luces nocturnas, la influencia poderosa del Cerro del Uritorco, la irradiación de la ciudad subterránea de Erks… Quizá todo eso y también el calor humano que se siente en una nueva tierra, en buena medida, “liberada”. Se habla mucho del Uritorco, de Ongamira, las Gemelas y los Pajarillos…, pero se habla menos de Capilla, como nueva tierra de promisión, como ciudad celeste encarnada en la tierra.

Vayan estas líneas como homenaje a toda esta gente que, en medio de la difícil coyuntura argentina, está construyendo, sobre ese lugar bendecido por los dioses intraterrenos, una nueva y fraterna humanidad.

 
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