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La más ancha alianza

Traemos de la ciudad condal la mochila llena de esperanzas. Al hilo de los actos de clausura del Forum de las culturas Barcelona 2004 y del clima positivo allí generado, elaboramos una reflexión sobre la necesidad de progresar en la gestación de una amplia alianza civil en favor del “otro mundo posible”.

(Sabed que vamos, el Cielo por delante, también para Londres, al Foro Social Europeo entre el 15 y 17 de octubre. Nuestro interés es el de aprender y tender, en la medida de lo posible, puentes entre redes sociales y espirituales. Interesad@s en engrosar el equipo, contactadnos- redaccion@portaldorado.com)

“Hay más que motivos para la esperanza”, señaló un irónico, pero optimista Felipe González en la rueda de prensa que puso fin al Diálogo del Forum que llevaba por título “Del consenso de Washington a una nueva gobernanza global”. Horas más tarde, en olor de multitudes, finalizaba el variopinto macroevento cultural con un alarde piromusical a orillas del Mediterráneo. La misma esperanza aludida por el ex-presidente, era sostenida en una sala cercana en la que se celebraba la ceremonia que clausuraba los 49 Diálogos del Barcelona 2004. Mujeres líderes indígenas y alternativas se pronunciaban también en ese mismo sentido ante centenares de asistentes.

En la primera sala el panel de expositores lo componían importantes dirigentes europeos de la órbita socialista: Lionel Jospin, Antonio Guterres, Narcí Serra, Joan Clos, Pascual Maragalll…, en la otra mujeres activistas de la alterglobalización como Bianca Jagger, Fatma Alloo, Vicky Tauli… representando a los cinco continentes. Pese a las diferencias de sexo, cargo, imagen exterior, color…; pese incluso a la diferencia en cuanto a la severidad del discurso, al nivel de exigencia para con las autoridades…, en una y otra sala se “cocinaba” a fuego más o menos rápido, más o menos intenso, el mismo “otro mundo posible”. En realidad esa misma pauta de pluralidad, respeto e incluso complementariedad ha presidido todos Diálogos celebrados dentro del Forum.

Barcelona nos ha enseñado en estos cinco meses que, en la construcción de ese otro mundo de esperanza, no sobra absolutamente nadie, nos ha imbuido de una mirada más generosa en la búsqueda de alianzas, nos ha dado a entender la inolvidable lección de intentar apurar siempre hasta el límite el margen del diálogo y de la acción común.

En las gigantescas salas del “Centro de Convenciones” se ha escenificado la enorme diversidad de las fuerzas de progreso en los más diferentes campos de la actividad humana. Hemos visto complementarse el lenguaje intelectual y ese otro discurso más interior arrancado desde el alma. Han tomado la palabra políticos con responsabilidades e indígenas que por primera vez salían de sus selvas, representantes de grandes corporaciones y cabezas de los movimientos alternativos. Vestidos de color arcoiris, ponchos, cintas en la frente…, se han alternado con trajes de seda y blancos cuellos encorbatados… El Forum ha logrado plasmar nuestra diversidad, nuestras contradicciones por supuesto siempre salvables y ante todo la necesidad de consolidar la unidad entre las más diferentes corrientes de progreso.

Me siento sumamente agradecido por lo que la ciudad condal nos ha regalado desde el pasado Mayo. Puede haber buenas cargas de razón en las críticas esgrimidas en contra del Forum, pero aún y con todo, lo allí vivido, lo que desde esa nueva ciudad de la cultura se ha proyectado en cuanto a ideas, visiones y proyectos, supera con creces sus defectos y virtuales contradicciones.

No nos atañe a nosotros dilucidar si las grandes multinacionales patrocinadoras han conseguido lavar con el Forum su imagen, sí por el contrario congratularnos de que hayan hecho suyos, por lo menos de palabra, los viejos clamores populares de sostenibilidad, paz y multiculturalidad, hasta el punto de verse abocadas a sostener económicamente una macro iniciativa que ha promovido estos valores. Los errores organizativos y de enfoque, los precios elevados, el toque excesivamente institucional de algunos eventos…, no pueden anular el valor del Forum en su generalidad, negar el legado de aliento y fraternidad sembrado en millones de corazones.

Celebrando ese ánimo germinado en la gran cita de las culturas, el alarde piromusical ascendía al anochecer del domingo hacia los cielos desde innumerables barcas cercanas a la costa. Se clausuraba el magno evento con esplendor en los cielos y se encendía también en nuestro interior la necesidad de proclamar esa comunión de la esperanza escenificada entre la primavera y el otoño a orillas de un mar asombrado, en medio del ajetreo del Forum.

Tal como apuntó el ex-presidente de gobierno socialista hoy existe la mayor masa crítica de todos los tiempos a favor de un nuevo mundo solidario, pacífico, sostenible... He ahí la gran “buena nueva” que los teletipos de las agencias aún no se acostumbran a registrar. Los medios corren tras la noticia negativa del morbo y el estruendo, pero no reparan en ese otro “detonante” silencioso, en esa otra conspiración amorosa, pacífica y planetaria, capaz de cambiar el rumbo de la civilización.

La crisis, que a todos los niveles vivimos, es de calado, pero la oportunidad es también del mismo tamaño. Los Diálogos del Forum han sido durante 141 días apasionante laboratorio de esa enorme masa crítica que apuesta por urgentes y profundas transformaciones en nuestra sociedad. Los Diálogos han tenido la virtud de mostrarnos que tod@s somos absolutamente necesarios para la utopía de la nueva tierra. Ciudadanos, universidad, organizaciones, mundo empresarial y organismos internacionales han dejado un ejemplo de interacción, un legado de trabajo aunado a la comunidad internacional.

La masa crítica del “otro mundo posible” es tremendamente heterogénea, de ahí su riqueza, de ahí también sus enormes desafíos. Es cierto que median viejos recelos, algunos de ellos atávicos, pero será preciso hacerles frente con amplitud de miras, con la responsabilidad a la que nos aboca el momento sumamente difícil que atraviesa la humanidad.

Una de las brechas más grandes, también evidenciada en el Forum, es la que separa la esfera política y el mundo cívico más exigente, la de los políticos reformistas, con responsabilidades y el mundo alternativo más radical. La fisura más ancha es también nuestro reto. La historia más reciente del Estado, la ya llamada “revolución silenciosa” que se está operando en nuestro país es quizás el más claro ejemplo del “juntos podemos”. Las diferencias entre instancias gubernamentales y sociedad civil, entre el mundo institucional de progreso y las corrientes más frentistas de la órbita alternativa son considerables, sin embargo, desde la no renuncia a los principios elementales, estamos llamados a tender imprescindibles puentes.

La oposición a la guerra de Irak y sus multidudinarias manifestaciones a lo largo y ancho del mundo ha sido otro fenomenal ejemplo del “juntos podemos”. Frente a la guerra y la violación del orden y derecho internacional, hemos sabido y logrado apretar filas, avanzar todos unidos por las grandes avenidas.

Está gestándose la mayor y más plural alianza de la historia. Está formándose la más amplia masa crítica de hombres y mujeres de buena voluntad, resueltos a ir a las causas de los problemas y lacras que acechan a al humanidad. Aún y con todo esta alianza habrá de cohesionarse y aumentar, si queremos vencer la batalla al miedo, al terror, al oprobio, al materialismo depredador de la Tierra, al egoísmo explotador de seres humanos y de pueblos enteros... Si queremos dar en heredad a nuestras próximas generaciones una tierra más hermosa, justa y feliz, no podemos sino unirnos un mayor número de corazones y voluntades.

No hay que ignorar las diferencias, pero tampoco sobrevalorarlas. La crítica situación planetaria nos invita a superar pretéritos recelos y a crear la mayor red posible de actores de la sociedad civil, partidos políticos, instituciones y gobiernos al servicio de un orden más justo, de una civilización solidaria y en paz. No es difícil dilucidar los límites de la gran alianza en gestación. Esta acaba allá donde anida la sed de guerra y la falta de respeto a los derechos de personas y de pueblos, donde habita el racismo, la competitividad, el fundamentalismo de pensamientos y de credos, el materialismo inhumano, la competitividad atroz… La alianza llega hasta donde arranca el egoísmo depredador de geografías y recursos, de gentes y derechos, la avaricia agresiva de tierras y de ideas que impone la corporación, la potencia, el credo, la ideología única…

La mayor alianza de los tiempos a favor del nuevo mundo se pinta de todos los colores y ninguno se impone, reúne todas las voces esperanzadas, pero ninguna calla a la otra, suma todas las sanas inquietudes y ninguna avasalla.

El otro mundo más solidario y justo que nos aguarda, el que juntos, más pronto que tarde levantaremos, no puede permitirse fractura en su legión de constructores. De esa unidad sólo se escapan los que siguen apostando por el viejo orden de injusticia y separatividad, de violencia y explotación. La Madre Tierra y las generaciones futuras claman ya por esa alianza imprescindible. ¡No les defraudemos!

 
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